Real Madrid y Atlético de Madrid acaparan una vez más la atención en el fútbol mundial, enfrentados esta vez por la Supercopa de Europa (20.45 Movistar) en el derbi más grande del continente, un duelo enorme por magnitud, ambición, pasión, futbolistas y presión, la que implica disputarse un título más contra el eterno rival.

Nunca antes se han enfrentado dos equipos de la misma ciudad en una Supercopa de Europa, al igual que nadie lo había hecho en una final de la Liga de Campeones hasta la edición de 2014, repetida de nuevo en 2016, cuando el Atlético y el Madrid también tomaron todo el protagonismo del fútbol europeo, con sendos triunfos blancos.

En Lisboa, en 2014, en la prórroga por 4-1, con aquel gol salvador de Sergio Ramos en el minuto 93 para el Real Madrid, cuando el Atlético ya sentía suya la primera Copa de Europa de su historia; en Milán, en 2016, en la tanda de penaltis, después del empate a uno con el que concluyó el tiempo extra en San Siro.

Dos años después, como campeones de la Champions, el equipo blanco, y de la Liga Europa, el rojiblanco, vuelven a cruzarse los destinos de dos bloques gigantes, dos aspirantes a todo para el nuevo curso, aunque ya no estén Cristiano Ronaldo o Zinedine Zidane, en el Real Madrid, ni Gabi o Fernando Torres, en el Atlético.

Y Julen Lopetegui, en su estreno en el equipo blanco, contra Diego Simeone, ante su última barrera europea, ante el rival que más le ha ganado en la Liga de Campeones, el equipo que le frustró en cuatro de las cinco ediciones que ha disputado su conjunto en el último lustro y el que le apartó de conquistar dos Copas de Europa.

El Real Madrid aspira a su quinta Supercopa de Europa, la tercera consecutiva; el Atlético, infalible hasta ahora en este torneo, a la tercera de su palmarés, la más reciente en 2012 cuando destrozó todos los pronósticos con una victoria memorable por 4-1 contra el Chelsea en el estadio Luis II de Mónaco, ya con Simeone de técnico.

Es el inicio de una nueva era en Tallin para el club blanco. Un reto mayúsculo para Lopetegui, enterrado el dolor de verse fuera del Mundial de Rusia con una selección española que clasificó de la forma más brillante por firmar el contrato de sus sueños con el Real Madrid más difícil de dirigir. El listón altísimo de Zidane, la ausencia del devorador de récords Cristiano Ronaldo.

A la espera de que Florentino Pérez guarde un as en la manga para los últimos días de mercado, el proyecto de un equipo que escribió historia con tres Champions consecutivas, parece mermado sin los goles del astro portugués y la ausencia de un fichaje de relumbrón. El liderazgo recae sobre Bale y el paso al frente que deben dar Isco y Marco Asensio.

La Supercopa de Europa marcó a los tres. En 2016 disparó a Asensio cuando con un golazo al Sevilla demostró que era jugador para altos vuelos. En la última edición, Bale se cerró las puertas del Manchester United tras su decisión de jugar e Isco dejó una exhibición para el recuerdo.