Hace un año, cuando costaba los 15 millones de euros que pagó el Dortmund, el Barça le quiso fichar y peleó mucho por él. Pero Ousmane Dembélé, como reconoció Robert Fernández, «no quiso venir porque no iba a tener minutos con el tridente». Así fue. Un año más tarde, se ha convertido en el fichaje más caro de la historia del Barça (105 millones en fijo y 42 más en variables, el «50% por rendimiento individual y el otro 50% por colectivos», según el presidente Bartomeu), y en el segundo de la historia del fútbol mundial tras Neymar. De momento... «¿El precio? No, no, no me pone nervioso», dijo el delantero francés, de 20 años, tras firmar por cinco temporadas (hasta el 2022), con una cláusula de rescisión fijada en 400 millones.

Acompañado, en todo momento, por Fatimata, su madre, y por primos y amigos, Dembélé descubrió el Barça. En su primer día, quedó impresionado. «No sé si me he dado cuenta de que estoy aquí», confesó asombrado por esa repentina inmersión en el inmenso universo azulgrana. No hace tanto, apenas dos años, era un prometedor delantero de la quinta división francesa y ahora es una estrella planetaria, que rompe todos los registros, emparentado a Neymar. «Es el mercado que se ha vuelto un poco loco», llegó a decir el propio Dembélé.

«No, no presto atención a esas cantidades, aunque un poco de presión sí habrá», admitió luego, sin obsesionarse por ocupar el lugar de Neymar en uno de los ataques más famosos del mundo, integrado por Messi y Suárez. «No estoy aquí para sustituir a Neymar. Él es uno de los mejores jugadores del mundo, yo soy muy joven», dijo el francés.

Con 20 años, y tras un exitoso paso por Alemania donde su diabólico regate ha deslumbrado con el Dortmund, se asoma curioso y presionado, aunque él no lo sienta, o no quiera admitirlo, al Camp Nou. «Desde los ocho años miraba los partidos del Barça. Se convirtió en un sueño. Ahora, el sueño se ha hecho realidad», comentó Dembélé, quien sí tendrá ahora los minutos que no intuía hace un año.

Neymar llegó con 21 años; Dembélé, con 20. Nada más pisar el Camp Nou, el brasileño declaró que venía a ayudar a Messi a seguir siendo «el mejor del mundo». El joven francés casi repitió idéntico mensaje. «Es un honor jugar con Messi, es un placer. Quiero aprender de lo que hace él en el campo y fuera. Es el mejor del mundo y el mejor de la historia», explicó el exdelantero del Dortmund, quien antes incluso de que le preguntaran su relación con el genio argentino citó su nombre. «Vengo a aprender de los mejores, de Messi, de Suárez», contó Dembélé.

EL FICHAJE DE COUTINHO / Con Dembélé no basta. Con Dembélé, Paulinho, Semedo y Deulofeu, tampoco. El Barça sigue buscando jugadores, Coutinho es el gran objetivo sin descartar tampoco a Di María, para completar la plantilla coincidiendo con la última semana del mercado. «Mi idea es que venga un jugador más o dos», reveló Robert Fernández, el secretario técnico azulgrana, sin dar ningún nombre. Tampoco hacía falta. «Estamos negociando la posibilidad de incorporarlos, esperamos que llegue a buen puerto», añadió el ejecutivo del Barcelona, quien explicó después que «tener los 222 millones de Neymar» supuso, en su opinión, «una dificultad» porque todos los clubs sabían del potencial económico del Barcelona.