Con nuevo inquilino en el banquillo, el Córdoba salvó un punto en los instantes postreros de un partido de tono bajo que le enfrentó a una Real Sociedad rácana y con no muchas más ideas que los blanquiverdes, y que se limitó a aprovechar un error de los locales para adelantarse en el marcador y... pare usted de contar. Si llamativos son los males que aquejan a un enfermo, el blanquiverde, aún más son los de los donostiarras porque, ellos sí, tienen jugadores no solo para tener más puntos en la tabla, sino para mostrar muchísimo más fútbol de lo que hicieron anoche sobre el césped de El Arcángel.

Así, el Córdoba hace lo que puede hacer. Esto es: con unos pocos entrenos, Djukic dejó apuntes de lo que pretende intentar con la plantilla de la que dispone, pero esas pinceladas apenas se pudieron atisbar en el primer cuarto de hora del encuentro y en otro ratito de algo más de 15 minutos en la segunda parte, posiblemente este último más destacado por esa sopa fría e insípida en la que se convirtió el conjunto donostiarra progresivamente.

Quedándonos en positivo, hubo un punto más de actitud que en el último encuentro ante el Málaga (algo nada difícil de lograr visto dónde se puso el listón ante los malacitanos), algún que otro jugador que debe ir progresando para que el ataque blanquiverde deje de ser el suplicio que viene siendo (Ghilas, Fidel, ejemplos) y, posiblemente, lo que más llamó la atención: en el aspecto mental parece que este Córdoba mantiene la cabeza íntegra. Estar en el fondo de la tabla, verse en el minuto 21 con el marcador en contra y reciclarse en el descanso para salir en la segunda parte entregando al menos corazón no deja de ser plausible. Otro aspecto a destacar, los cambios realizados por Djukic, que activaron al Córdoba para que éste diera sensación de equipo e impresión de que buscaba como mínimo el empate. Pero los males que aquejan a este Córdoba son más fuertes que todos esos aspectos positivos que, por sí mismos, no pueden enmascarar aquellos.

El Córdoba empezó con un tono correcto el duelo ante una Real en la que su técnico se jugaba el puesto. El primer cuarto de hora fue igualado, aunque en los últimos metros, Canales y sobre todo Vela daban más sensación de peligro que la vanguardia blanquiverde. De hecho, el primer disparo de los locales no llegó hasta el minuto 14. La combinación de la línea de tres mediapuntas donostiarras generaba murmullo y preocupación en las gradas. Pero incluso en el gol, la Real necesitó de la colaboración del Córdoba, en este caso de una defensa con una caraja sobresaliente, que fue incapaz de cortar el saque de falta lateral, raso, de Canales. Iñigo Martínez, solo, se limitó a empujar la bola a la red.

Ahí desapareció el Córdoba, que acusó el golpe aunque no dejó de persistir en la pelea de balones divididos y se empeñó en otra, casi siempre perdida, de búsqueda por el aire de Ghilas.

Djukic metió a Xisco tras el descanso por un desacertado Borja García y el conjunto blanquiverde lo notó. El balear generaba espacios y la pelea por arriba se consiguió igualar ligeramente. Además, introdujo al poco tiempo a Abel Gómez, que le dio otro aire al Córdoba durante algo más de un cuarto de hora. El sevillano lo mismo mandaba balones a la espalda de la defensa rival para que Ghilas intentara aprovecharlos, que abría a banda a Fede Cartabia o Fidel.

En esos momentos el Córdoba parecía funcionar con cierta continuidad y Xisco tuvo la ocasión más clara (junto a otra de Ghilas nada más iniciarse la segunda mitad) para los suyos: bajo palos fue incapaz de empujar a la red.

Mientras que Djukic lograba que su equipo reflotara, Arrasate introducía en el campo a Zurutuza, Xabi Prieto y Granero buscando sobre todo intentar retener el balón, mantener posesiones defensivas. Pero no le salió bien el plan al vasco. Más bien fue que el Córdoba empezó a apagarse progresivamente. A partir del minuto 70 los blanquiverdes parecían amagar con rajarse y firmar la capitulación. La Real lograba tener por momentos el esférico y al conjunto blanquiverde se le iban, más que las ideas, el aire. Pero los donostiarras tuvieron el castigo a tanta racanería y en una jugada aislada, con disparo de Fede Cartabia casi desde la banda izquierda del ataque cordobesista que repelió el palo, Xisco, prácticamente solo, recibió el rechace (posiblemente en la mano) y el balón se alojó en la portería de Zubikarai.

A pesar de todos los asteriscos, lo cierto es que el partido no mereció ganarlo ninguno de los dos contendientes, por lo que el tanto del balear hacía justicia al equipo que había buscado con más ahínco la portería rival. Con poco acierto, desde luego, pero el Córdoba hizo más por intentarlo. Precisamente por ello, el análisis de los locales hay que hacerlo a partir de ahí. El enfermo continúa mostrando los mismos males y a pesar de la llegada de un nuevo doctor, la sensación que deja este Córdoba es que Djukic podrá elevar ciertos aspectos del juego (del que se vieron detalles mínimos anoche) aplicando su particular receta para la mejoría. Los problemas de fondo, que los hay, requerirán de trasplantes. Mientras llega la operación multiorgánica de enero, cuidados paliativos.

Estadio: El Arcángel

Asistencia: 15.712 espectadores, casi dos centenares, realistas.

Terreno de juego: Bien

Incidencias: Balón de invierno

CÓRDOBA: (1) Juan Carlos, (33) Campabadal, (12) Iñigo López, (2) Pantic, (29) Pinillos, (5) Ekeng, (6) Luso, (10) Fede Cartabia, (18) Borja García, (16) Fidel y (14) Ghilas.

Cambios: (9) Xisco por Borja García en el 46', (23) Abel Gómez por Ekeng en el 53' y (11) José Carlos por Fidel en el 71º.

REAL SOCIEDAD: (13) Zubikarai, (20) Zaldua, (6) Iñigo Martínez, (15) Ansotegi, (19) Yuri, (5) Markel Bergara, (14) Rubén Pardo, (11) Vela, (16) Canales, (18) Chory Castro y (7) Finnbogason.

Cambios: (17) Zurutuza por por Chory en el 60', (8) Granero por Rubén Pardo en el 68' y (10) Xabi Prieto por Canales en el 70'.

LOS GOLES

0-1 (21') Falta lateral que bota Canales e Iñigo Martínez, tras error en cadena de la defensa blanquiverde, empuja a gol.

1-1 (87') Disparo escorado de Fede Cartabia que se estrella en la madera y el rebote del balón da en Xisco y se aloja en la red.

EL ÁRBITRO

Del Cerro Grande (C. Madrileño)

Quizás excesivamente permisivo con el contacto. Amonestó por parte local a Pinillos (79'), Ghilas (82') y Campabadal (85') y a Vela (56') y Granero (82') por parte realista.