La cuarta final que lleva en seis años le ha supuesto al Athletic Club la cuarta decepción consecutiva, si bien tres de ellas han sido ante el FC Barcelona de Leo Messi, uno de los mejore, sino el mejor, equipo de la historia.

El 'crack' argentino ha sido, además, el jugador clave en la final de hoy con una impresionante eslalon por la banda derecha, superando sucesivamente a Mikel Balenziaga, Beñat Etxebarria, Mikel Rico y Aymeric Laporte, para acabar batiendo a un enorme Iago Herrerín con un disparo ajustado al primer palo.

Era el minuto 20 de partido y la final enfilaba hacia donde terminaron las anteriores de 2009 y 2012 en Mestalla y el Vicente Calderón. Y también la de Liga Europa también de 2012, en esa ocasión frente al Atlético de Madrid del 'Cholo' Simeone, otro equipo de leyenda.

El 0-2 de Neymar en el minuto 24 amenazaba una goleada al estilo del 4-1 de Valencia o el 3-0 del Calderón y Bucarest. Messi puso el 0-3 en medio de la nada y Williams el 1-3 para alimentar las esperanzas del milagro que pidió en la víspera. Que su equipo no de dejó de buscar, pero que no se produjo.

Fue un justo premio a un Athletic más entero que en las decisivas citas anteriores. Más en la línea de la que en 2009 abrió le 'lehendakari' Toquero y seguía aún viva al descanso antes de que el Barça se desatase.

Pero ganar a este Barça del tridente Messi-Neymar-Suárez camino del de Guardiola, del triplete y de todo lo que se le ponga por delante, y además en el Camp Nou, era más que un milagro. Por lo que se está viendo casi un imposible.

En medio del amargo sabor de la derrota, el Athletic ha degustado una pequeña victoria: la de que Lezama sigue funcionando y que, con dos productos salidos de esa factoría, ve con ilusión el futuro.

El Athletic seguirá un año más sin títulos, ya serán 32 desde su última Copa de 1984, curiosamente ante el Barcelona, pero tiene portero (Herrerín) y delantero (Williams) para buscarlo con ahínco durante unos cuantos años.