LA CAÍDA MÁS DOLOROSA PARA LUCHO

No tuvo el control del partido en ningún momento. No tuvo respuestas para nada. No entendió lo que le propuso el París SG. No tuvo centro del campo (Busquets e Iniesta no estaban al mejor nivel) ni tampoco disfrutó del tridente. Cuando Messi pierde balones que acaban en goles en la portería de Ter Stegen queda definido el retrato del caos que vivió el Barça en París. Sucedió la caída más dolorosa para Luis Enrique, enfrentado a una noche terrible que desnudó en todos los sentidos al conjunto azulgrana. De tal manera anuló al Barça que desconectó al tridente, convirtiendo a tres estrellas de dimensión mundial en jugadores vulgares. Ni la presión supo superar transformado al Barça en un equipo también muy vulgar.

Poco a poco, y aunque Luis Enrique intentó cambiar el escenario táctico con un 4-2-3-1 con la entrada de Rafinha, el París SG iba erosionando al Barça. Al inicio, con pausa; luego, con vértigo, dejando imágenes que no se habían visto nunca en un equipo de Luis Enrique. Dimitió tácticamente y bajó los brazos. El rostro del caos.

ANDRÉ GOMES, O UNA NOCHE (OTRA) HORRIBLE

Le faltan laterales derechos a Luis Enrique, pero le sobran, eso sí, interiores. Y escogió el técnico azulgrana a André Gomes, a quien le tiene una fe ciega. O, tal vez, le tenía porque después del partido que firmó el portugués quizá su futuro azulgrana sea complicado. Apostó Luis Enrique por él, pero no le recompensó el exjugador del Valencia. Hubo una jugada que definió ese mal momento del interior derecho. En los tres últimos partidos había recorrido André Gomes las tres posiciones del centro del campo. De pivote ante el Atlético, de interior zurdo contra el Alavés y ayer de volante diestro.

No solo falló en acciones defensivas donde dejó sin ayuda a Sergi Roberto sino que, además, cuando tenía la ocasión para enterrar todos esos problemas erró en el disparo. Era la mejor ocasión del Barça, la única en la primera mitad, después de una gran jugada de Neymar. Se quedó solo André Gomes ante Trapp y equivocó el disparo como ya le pasó, también en la Champions, en el campo del City.

DI MARÍA HURGÓ EN LA DEBILIDAD AZULGRANA

Tenía claro Unai Emery el camino para hacer daño. Orientar el juego hacia su banda izquierda para atacar a Sergi Roberto, un lateral que no es, y poner en evidencia a André Gomes, que sufrió mucho en posiciones defensivas, y, al mismo tiempo, generar un espacio para que Di María, destinado a jugar inicialmente de extremo derecho, retratara las debilidades azulgranas. Se instaló el argentino en la posición de media punta, a la espalda en ocasiones de Busquets, quebrando con facilidad al centro del campo de Luis Enrique, llegando casi siempre en situaciones de peligro al área de Ter Stegen.

La dimensión de la caída del Barça se mide, sobre todo, por el impacto ofensivo que tenía el París SG. En los primeros 45 minutos, el equipo de Emery remató hasta en 11 ocasiones, siete a la portería del meta azulgrana, perdiendo, al mismo tiempo, todos los duelos individuales. En todos los sectores del campo, el Barcelona fue mucho peor, marchándose deprimido sin respuestas futbolísticas.