"España nos abrió los ojos", cuenta Alfredo Mastropasqua, responsable de velocidad de la Federación Italiana de Motociclismo, para explicar el renacimiento del motociclismo italiano, sentado al lado de Romano Fenati, flamante campeón de Europa de 125cc y plata en su debut mundialista en Catar, tras Maverick Viñales en la nueva categoría de Moto3.

"Miramos lo que se hacía, analizamos sus equipos de promoción, especialmente el de Emilio Alzamora, nos fijamos en su organización, en sus diversos campeonatos y, hace ya un par de años, pusimos en marcha un programa similar. Romano Fenati y Niccolo Antonelli son nuestros primeros frutos", dice.

Pese a la enorme promoción, a nivel europeo y mundial, que la compañía española Dorna, organizadora del Mundial, hace para intentar ayudar a los demás países a crear cantera con vistas al campeonato grande, no hay duda de que el motociclismo español sigue siendo la auténtica referencia mundial. Su fuerza es tal que, incluso, ha hecho que Dorna haya limitado el número de españoles en la parrilla de Moto3, obligando así a varios equipos españoles a coger pilotos de otros países.

"Había que estar ciego para no ver que España estaba haciendo las cosas de maravilla y era el ejemplo a imitar", cuenta Roberto Locatelli, expiloto italiano, asesor de la Federación Italiana y uno de los profesores de Fenati y Antonelli. "Cualquier parrilla está salpicada de grandes pilotos españoles, surgidos todos de las ricas fórmulas de promoción de su federación, de los clubs y los circuitos, claro", señaló Locatelli, obsesionado con que sus jóvenes aprendan, también, los buenos modales que tiene que tener un campeón. "Esto no es solo deporte, es también formación y debemos intentar que estos muchachos vivan la competición con ilusión y corrección, que sean gente sana", valora.

"Ellos, que tienen bastante más dinero que nosotros, pues tienen hasta una subvención del Comité Olímpico Italiano, lo tienen todo para triunfar", señala Juan Moreta, presidente de la Federación Española de Motociclismo, que ha mantenido "fructíferas charlas" con los responsables del motociclismo italiano. "En principio, ellos no creían en nuestro modelo, basado en organizar varios y fuertes campeonatos de promoción, en los que dar cabida a pilotos españoles y de fuera --sigue explicando Moreta--. Hasta ahora, Italia prefería patrocinar dos grandes equipos nacionales para el Mundial y el Europeo en lugar de invertir en campeonatos de promoción. Ahora, han venido a nuestro modelo, creando pruebas promocionales, y empiezan a recoger sus frutos. Y me alegro, claro".

Para Moreta es evidente que tener buenos campeonatos de distintas edades y categorías, no solo ayuda a las promesas, sino que "hace crecer al motociclismo, ayuda a los equipos, a las canteras de otros países, que te envían a sus pilotos y, sobre todo, los circuitos se convierten en una auténtica universidad a dos ruedas", explica el dirigente. El triplete nº 13 del motociclismo español demuestra, en efecto, que la estrategia de Moreta es la adecuada.