Evidentemente, cuando un equipo se encuentra en el fondo de la tabla existen muchos damnificados. Los primeros, los propios aficionados; posteriormente, la misma entidad, que ve cómo los ingresos por asistencia merman considerablemente. Y, finalmente, los jugadores, que comprueban como su valor en el mercado se ve afectado tanto por esa misma racha -que en el caso del Córdoba puede terminar en descenso-, como por su rendimiento particular.

El de Pawel Kieszek puede ser un caso ciertamente particular, ya que desde su llegada a orillas del Guadalquivir, el polaco ha dado muestras de ser un portero de nivel para la categoría. Ya durante la pasada temporada lo demostró, siendo incluido en varias semanas en el ranking de mejores porteros y protagonizando también en diferentes jornadas la mejor parada de la semana. Tampoco pasó desapercibido para la propia afición blanquiverde, que no entendió cómo Carrión decidió sustituirle durante unos pocos partidos por Razak, sobre todo teniendo en cuenta que el conjunto cordobesista no brillaba, precisamente, por su defensa. La lógica volvió rápidamente y Kieszek retomó la titularidad en el marco del Córdoba.

En esta temporada, más de lo mismo. Este Córdoba es el equipo más goleado de la categoría y, sin embargo, nadie mira al polaco. Entre otras cosas por actuaciones como las del último encuentro contra el Rayo Vallecano, donde fue el único -una vez más- que se salvó de la quema, junto al bigoleador Caro.

Por eso es especialmente dolorosa la situación de Kieszek. No baja el listón, cuenta sus actuaciones con varias paradas de mérito, pero continúa siendo el portero del equipo más goleado de Segunda División.

De hecho, es una línea descendente en este Córdoba que ha terminado por afectar a la misma carrera de Pawel Kieszek y a sus estadísticas en su demarcación. Hasta la llegada del polaco a El Arcángel, en verano del 2015, había jugado 198 encuentros en la Primera portuguesa, en la holandesa, en la griega y en la polaca. A pesar de no tratarse de Ligas de primer nivel, sí son competiciones muy a tener en cuenta y, en esos casi 200 encuentros, Kieszek encajó 227 goles. Una media de 1,14 goles por encuentro. Dejó la portería a cero en 51 ocasiones, el 25,75% o, lo que es lo mismo, en uno de cada cuatro partidos.

En esta campaña, los números, en negativo, se le han disparado al polaco a causa de la debilidad defensiva del conjunto blanquiverde, con el que ha encajado 27 goles en 14 encuentros, a casi dos por encuentro (1,92 concretamente). Además, sólo ha dejado a cero la portería en dos ocasiones, el 14,28%.

Si se toman todos los encuentros ligueros jugados con el Córdoba, sumando los de la pasada campaña, Kieszek ha jugado 52 partidos en los que ha encajado 73 goles, para una media de 1,40 goles por encuentro, aún muy lejos del promedio con el que llegó a la entidad blanquiverde. Además, en esos 52 partidos dejó a cero la portería en 11 ocasiones, el 21,15%, también por debajo de su historial. Por lo tanto, aquella afirmación de Javier Tebas, presidente de la LFP, de que la Segunda era «la sexta liga más importante de Europa» no debe parecerle tan exacta al polaco. Con defensas portuguesas, griegas, holandesas y polacas tenía muchos mejores números. Porque él mantiene su línea.