A este paso, la tila -como refería la clásica crónica taurina- o el enalapril se pondrá por las nubes. Al Córdoba no se lo van a poner nada fácil. De hecho, al paso al que va el propio conjunto blanquiverde y sus adversarios en la pelea por la salvación, lo que en un principio podía ser una permanencia en 46 o 47 puntos, va camino de obligarse -unos a otros y viceversa- a llegar a los 50. Como mínimo. Rivales que están planteando una salvación dura, sin ningún tiro al aire, casi todos a dar, por lo que el esfuerzo del conjunto blanquiverde deberá ser constante y hasta el último minuto de Liga. Uno de esos rivales es el Almería, que llegó con el 1-0 de la primera vuelta y se marchó de El Arcángel con el golaverage perdido en la última jugada del encuentro. Un partido de mucha tensión en la grada, que no en el césped.

Posiblemente, el Córdoba de Sandoval firmó ante los rojiblancos uno de los mejores partidos como local desde que llegó el técnico de Humanes. Sobre todo en la primera media hora, en la que motorizados por un José Antonio Reyes que volvió a demostrar que la Segunda se le queda pequeña, fueron superiores al conjunto de Fran Fernández. Posiblemente, la alineación más equilibrada que puede disponer el técnico blanquiverde sobre el césped sea la que saltó de inicio a El Arcángel. Logró mantener los carrileros en mediocampo o incluso en campo contrario, acompañó a Álvaro Aguado con Edu Ramos, mientras que en línea de tres cuartos estaba el utrerano con un Aguza que ejecutó un partido que rozó el sobresaliente: pleno de trabajo, de robos de balón, de desesperación a los contrarios, con llegada al área rival y buscando siempre a un Sergi Guardiola que se convirtió en un incordio y, que superó la cifra goleadora de Florin, aunque Pulido se negó a darle el tanto.

Tres partidos en uno hubo en El Arcángel. La primera media hora, prácticamente, fue blanquiverde. Las ocasiones de Edu Ramos (min. 5), Aguza (min. 9), Álvaro Aguado (min. 11) o José Antonio Reyes (min. 19) dejaron constancia de que el Córdoba había salido a por el partido. Nada de especular, nada de excusas. Los de Sandoval se metían y aceptaban la balasera en la que se ha convertido la clasificación y no mostraron nervios ni exceso de tensión; al contrario, actuaban fluidos gracias a la presencia de Reyes como nexo de unión, como engranaje para la transición ofensiva, mientras que atrás no sólo no sufría, sino que apenas aparecía el adversario.

El gol de Sergi Guardiola (perdón, de René) en el minuto 25 era el justo premio al que había hecho mucho más y mejor por llevarse los tres puntos. Un contragolpe con Javi Galán y toque posterior de Fernández se cerró con la definición del jumillano. Ese gol dio tranquilidad y planteó un nuevo escenario de partido, en cierta medida, lógico, ya que los blanquiverdes dejaron hacer al rival para intentar salir al contragolpe. Y apenas pasó nada, ya que el Almería se mostró incapaz de poner a prueba a Kieszek, salvo un centro de Fidel a Tino Costa, que cabeceó mansamente a las manos del polaco (min. 39). Por su parte, los locales no vieron nunca un camino expedito para intentar hacer daño al rival, por lo que al descanso se llegó con la sensación de que todo estaba controlado. La tranquilidad es imposible.

Sobre todo, porque en el arranque de ese segundo tiempo el cambio fue notable. No tanto por el peligro que pudo transmitir en algún momento el Almería, sino porque el partido amagó en más de un momento en romperse. Durante demasiados minutos, el choque se convirtió en un ida y vuelta en el que todo señalaba que tenía que perder el Córdoba. Aparecieron las amonestaciones (a Sulayman, a Aythami, a Pozo...), brotaron los momentos de tensión, como cuando Pozo, precisamente, se dejaba caer en el área blanquiverde, lo que provocó la reacción de Aythami y hasta el Almería anotó por medio de Juan Muñoz, aunque Pulido Santana anuló la acción por fuera de juego del delantero rojiblanco.

Cinco minutos después se entraría en el tercer partido dentro del duelo andaluz, al ver Sulayman la segunda amonestación por una entrada a Aguza. En cualquier caso, José Ramón Sandoval ya comenzó a tomar decisiones un tiempo antes: decidió perder calidad con el balón en el pie por apuntalar al equipo defensivamente ante la ventaja que mantenía en el marcador y tras comprobar la falta de llegada del adversario. Araújo entró por Reyes; poco después, Vallejo por Álvaro Aguado y, finalmente, Narváez por Aguza. Sin el utrerano y el jiennense, el Córdoba apostaba todo a trabajar bien en la medular y en la defensa para salir al contragolpe con más verticalidad. Y lo cierto es que en esa última fase, aunque menos vistosa, fue de acumulación de ocasiones por parte de los locales. Narváez, Sergi Guardiola (Javi Galán le había dejado solo dentro del área) y Araújo pudieron cerrar definitivamente el encuentro. Por su parte, Fidel puso a prueba por primera y única vez en todo el partido a Pawel Kieszek en el minuto 89.

Se festejaba la victoria, aunque se echaba de menos ese segundo gol que permitiera ganar también el golaverage a los almerienses. Y, cómo no. Este es el Córdoba. En la última jugada del encuentro, Quim Araújo se pegó una galopada de 40 metros para plantarse solo ante René, al que cruzó el balón provocando el estallido de El Arcángel y dejando nítida la respuesta blanquiverde al tiroteo clasificatorio que han planteado sus adversarios en este esprint final de Liga. ¿Plata o plomo? El Córdoba dejó claro que quiere la categoría de plata. Y aún le quedan dos balas más.

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Ficha técnica:

Córdoba: Kieszek, Fernández, Quintanilla, Aythami, Jesús Valentín, Javi Galán; Edu Ramos, Aguza (Narváez, min. 80), Aguado (Álex Vallejo, min. 69), Reyes (Quim Araujo, min. 60); Sergi Guardiola.

Almería: René, Marco Motta, Joaquín, Trujillo, Pervis Estupiñán; Sulayman, Tino Costa (Pozo, min. 61), Fidel, Rubén Alcaraz, Nano (Hicham, min. 68); Juan Muñoz (Verza, min. 75).

Goles: 1-0, min. 24: René en propia puerta: 2-0, min. 93: Quim Araujo.

Árbitro: Juan Luis Pulido Santana (Colegio canario), que expulsó por doble amarilla al visitante Sulayman (min. 73), mientras que amonestó a los cordobesistas Reyes, Edu Ramos, Álex Vallejo y Aythami, así como a los almerienses Rubén Alcaraz, Pozo y Marco Motta.

Incidencias: Partido de la cuadragésima jornada de Segunda División, disputado en El Arcángel ante 18.867 espectadores, con unos 250 almerienses. Se guardó un minuto de silencio en memoria del excordobesista Urbano.