CarriónKieszek segundo peor10 últimas jornadas

POSITIVO

1) VALORES RELATIVOS, VALORES ABSOLUTOS

El mayor ejemplo de cómo cambia un valor absoluto a otro relativo tiene nombre y apellido: Pawel Kieszek. El polaco no mejora las cifras de Razak del año pasado, pero muchos están de acuerdo en que el polaco es el fichaje del verano, lo cual no habla muy bien de la confección de la plantilla. Cinco paradas de antología terminaron por desquiciar a un equipo que, por otra parte, es el menos goleador como local en Segunda. El Reus lo intentó de todas las maneras, pero cuando logró superar a los blanquiverdes -sobre todo en las segundas fases de cada tiempo- se encontró con el muro polaco. Así, los números de la pasada temporada de Razak, comparados con los de Kieszek en ésta, se convierten en relativos, ya que la actuación del titular sí que tiene términos absolutos. Lo que quiere decir, por comparación, que hasta ahora se ha defendido peor aún que hace un año. O quizás los rivales han aumentado su capacidad goleadora.

2) CARRIÓN Y LAS OTRAS FORMAS DE GANAR

Tirando de emociones, de la verdad oficial pretendidamente implantada durante una campaña e intentando disimular los problemas -no pocos- que tenía el equipo, la máxima era que había que ganar de la manera que fuera. Así, partidos en los que el Córdoba anotó cuatro goles fue incapaz de ganarlos, mientras otros en los que sólo disparó una vez para lograr dos goles se vendían como ejemplo de lo que había que hacer. A punto estuvo de costarle el pasaje a los play-off a un Córdoba que no tenía fútbol. Esta temporada apenas hizo un amago y ahora, con Carrión, vuelve a intentarlo. La premisa: probar a construir desde atrás y defender con la posesión. No le salió como quería o, al menos, poco le duró en Reus, pero el catalán apenas ha tenido tiempo y cabe preguntarse si tiene mimbres. Y ahí debería responder el club, aunque éste volvió ayer a tirar de emociones para colocar al filial y sólo a éste. Difícil.

SONRISAS EN EL ENTRENO TRAS EL REGRESO DE REUS // La plantilla del Córdoba se ejercitó ayer nada más bajarse del AVE que le trajo desde Reus, en donde el equipo logró el triunfo después de nueve jornadas sin hacerlo. Con chavales del filial, de nuevo, y algún juvenil, los hombres de Carrión se mostraron sonrientes y felicitaron a Luso Delgado por su 32 cumpleaños. El equipo descansa hoy y vuelve mañana a los entrenos a las 10.30 horas

NEGATIVO

1) CUANDO ES MALO EL PROTAGONISMO

Está claro que la portería ha mejorado. Evidentemente, los porteros están para detener, para evitar goles. Pero que en cualquier encuentro, termine este en triunfo o no, el arquero sea el hombre más destacado de un equipo no habla tan bien del grupo o de las órdenes del técnico aplicadas sobre el césped. El plan de Carrión exige una defensa adelantada y tanto en Copa como en Reus se vio a más de un elemento de la primera línea sufrir. Además, en el juego de balón tampoco tiene el catalán excesivas luces con la pelota en el pie entre los hombres que dispone en la zaga, por lo que habrá que comprobar la continuidad del criterio o, en su caso, las opciones -si se las dan- que haya en el mercado de enero. Y tanto en el mediocampo como en la delantera el equipo continúa echando de menos hombres o, al menos, alternativas de más peso. El exceso de protagonismo personal, en todos los órdenes, no suele ser bueno.

2) "ES LO QUE DIGO YO, NO LOS HECHOS"

El Córdoba se ha modernizado. Al menos, en un concepto. Con el éxito del Brexit o el de Trump nació el término de la posverdad, un neologismo que aparece cuando «los hechos objetivos influyen menos en la formación de la opinión pública, que los llamamientos a la emoción y a la creencia personal». Así, se puede decir que «los europeos nos roban», que «hay que construir un muro en México» o que «no son cordobesistas porque yo sé que no se alegran cuando el equipo gana». Y da igual, porque como el jubilado londinense o el granjero de Iowa, habrá un aficionado que aceptará el mensaje. La ranciedad sigue en lo de envolverse con banderas, bufandas y camisetas prestadas, pero el peligro de que la idea cale, como en los casos mencionados, está ahí. Aunque parte de una reacción humana: tras meses de tensión y miedo, mucho miedo, la pequeña alegría dominical se torna en explosión descontrolada de júbilo y excesos.