Parando cada 15 minutos para beber agua y refrigerarse del fuerte calor, así se ha ejercitado en la mañana de este miércoles la plantilla del Córdoba, junto con cinco jugadores del filial (Esteve, Quiles, Víctor Mena, Jordi Ortega y Marc Vito), seis si se incluye a Javi Galán.

No estuvieron, por su parte, ni Bijimine, ausente también en varios entrenamientos de la semana pasada, ni Kieszek, que ha pasado recientemente por el quirófano para operarse de una fractura en el dedo meñique de su mano derecha, y estará al menos seis semanas de baja.

Sí saltó al césped Héctor Rodas, que trabajó durante la hora y cuarto de sesión junto al recuperador, Javi Poveda, y avanza por tanto en la recuperación de su lesión de aductor. Juli, por su parte, se colocó hielo en su rodilla derecha al acabar el entrenamiento, por lo que parece sigue sin recuperarse totalmente de sus molestias, y su convocatoria es de nuevo una incógnita este fin de semana.

Respecto a la sesión, ha sorprendido por su duración, larga para lo que ha acostumbrado Carrión en las últimas semanas, más si cabe cuando el equipo está ya salvado. Amén de los habituales ejercicios de pase, posesión del balón y rondos, lo más destacado fue un partido triangular a medio campo, en el que se mezclaron teóricos titulares y suplentes.

Mención aparte, cabe destacar las largas charlas que mantuvo el técnico barcelonés con Luso primero, y Javi Lara después, al inicio del entrenamiento. Se paró a hablar especialmente con el de Montoro, que de hecho no participó en la primera media hora de sesión precisamente por su diálogo con Carrión.

A tenor de la participación de canteranos en esta sesión, no es de destacar que el equipo que se enfrente al Girona para cerrar la temporada (el próximo sábado a las 20:30 horas en El Arcángel) diste mucho del habitual, e incluya a suplentes y canteranos.