Más de 24 horas después del choque ante el Lorca, y pese a que el calendario apremia (mañana mismo, nueva jornada liguera, ante el Barcelona B a las 18.00 horas en el Mini Estadi), se puede hacer un análisis más sosegado de la actuación del Córdoba en el estadio Francisco Artés Carrasco. Y es que, como reconoció el propio Luis Carrión, técnico del Córdoba, el juego no fue ni mucho menos bueno en la primera parte.

El Lorca salió en tromba a por los blanquiverdes y solo la falta de efectividad de sus delanteros impidió que se adelantase en el marcador. Sin ir más lejos, en el minuto 22 Dani Ojeda rozó el palo izquierdo defendido por Kieszek con un buen remate desde el punto de penalti, y un minuto después Carlos Martínez hizo que el polaco tuviese que estirarse para sacar su potente disparo, sin ningún defensor que le obstaculizase.

LA INTENSIDAD DESDE EL INICIO

Tras cuatro partidos oficiales, que el rival siempre salga con un punto más de intensidad que el Córdoba es una rémora. Ello costó los partidos ante el Cádiz y el Zaragoza, y puede volver a pasar cuando el contrario tenga un ataque más potente. El miércoles, sin ir más lejos, el Lorca lanzó 15 córners por solo dos del Córdoba. Y chutó 13 veces por las ocho del club cordobesista, pero Manel, Dani Ojeda, Javi Muñoz y Nando estuvieron poco acertados.

Los atacantes del Córdoba, sin embargo, obtuvieron un mayor rendimiento con menos disparos, lo que dice mucho de unos jugadores de ataque que, a priori, son suplentes en sus respectivos puestos. Otro factor a analizar del Lorca-Córdoba es la posesión. La eterna amante de los ideólogos del fútbol, desde que el Barça de Guardiola y la selección de Aragonés y Del Bosque llenaron sus vitrinas de éxitos gracias al estilo de juego de toque y salida desde atrás con el balón jugado. El tiki-taka es una obsesión de clubs tanto de Primera como de Segunda, y también de Carrión.

Pero el miércoles, su equipo tuvo que conformarse con una posesión escasa (41%), que sin embargo rentabilizó bien de cara al marcador final (2-4 para el Córdoba). El técnico blanquiverde sigue manteniendo en su discurso su apuesta por el juego de toque, pero el miércoles los mejores minutos del equipo fueron aprovechando los espacios que dejaba un Lorca volcado al ataque, y practicando un estilo directo. Así llegaron los goles de Markovic y Alfaro.

UNA DEFENSA ENDEBLE

Tampoco ha de quedar en el tintero una cuestión que sí es muy preocupante, la escasa solidez defensiva. Más allá de los números, seis goles encajados en cuatro partidos, la sensación de la zaga blanquiverde es la de una línea que puede romperse en cualquier momento. Y no solo los cuatro defensas, sino que en general el Córdoba no ha engrasado todavía los mecanismos que permitan juntar las líneas cuando el rival rompe la presión.

El Lorca, en el último cuarto de hora del partido del pasado miércoles, dispuso de varias ocasiones muy claras, y acabó marcando dos tantos que, a tenor de lo visto en televisión, irritaron mucho a Carrión. Mucho trabajo el que tiene el Córdoba por delante para que el equipo sea el que el barcelonés pretende, pero la competición no permite descansos y mañana toca una nueva prueba a domicilio. Aunque, de momento, van dos victorias en dos salidas esta temporada. Que mañana sea la tercera.