La alegría va por barrios, dicen, y el domingo cayó un pedazo en el de Les Corts. Y es que nadie en el Camp Nou esperaba un tropiezo del Madrid ante un Villarreal que, a pesar del 3-1 de la ida en la semifinal de Copa, levanta algo más que recelos en el Barça. Y más tras ver la osadía del equipo amarillo en el Bernabéu con un once repleto de suplentes. «Partimos con una pequeña ventaja y estamos a un paso de la final, pero será difícil», vaticinó ayer Sergio Busquets cara a la vuelta de la semifinal de Copa de mañana en El Madrigal. «El Villarreal tendrá que cambiar su forma de jugar», deslizó el mediocentro, consciente de que la necesidad de marcar de los castellonenses impedirá que se cierren atrás esperando las embestidas azulgranas.

Sin embargo, Busquets, que acaba de sellar su renovación hasta el 2019, con una temporada opcional más y una cláusula de 175 millones, descarta que el Barça varíe su estrategia ante la necesidad de los amarillos de salir a marcar dos goles. Una estrategia que también se puede aplicar a la Liga por más que el Madrid vuelva a estar a tiro (dos puntos le separan del Barça). «El tropiezo del Madrid no cambia nuestra forma de pensar para nada. Tenemos que ir a ganar todos los partidos, como siempre».

El canterano también restó trascendencia al hecho de que el Barça, de nuevo, vuelva a depender de sí mismo para ganar la Liga, un elemento favorable que ya desperdició tras perder en casa ante el Málaga y que ahora vuelve a tener en su mano. «Esperábamos ganar en Granada y ahora los tenemos a dos puntos y dependemos de nosotros, pero hemos de salir a ganar cada partido», reclamó, especialmente pensando en el clásico del 22 de marzo en el Camp Nou, un duelo que puede empezar a decidir la Liga, para bien o para mal. «No sé si será decisivo, es imposible saberlo hoy». Y lo es porque todavía quedan varias semanas por delante y partidos comprometidos. Primero llega el Rayo, que este domingo visitará el Camp Nou; luego los de Luis Enrique tienen un partido histórico, ya que nunca han jugado en la Liga en Ipurua, donde el bullicioso y popular Eibar aguardará ilusionado en busca del milagro.

Semana decisiva

Seguidamente, el Barça entrará en una decisiva semana, con la visita del Manchester City en la vuelta de los octavos de la Champions (18 de marzo) y, posteriormente, el duelo con el Madrid en casa.

Sobre su situación personal en el equipo, Busquets, alcanzada la madurez futbolística a todos los niveles (es uno de los cuatro capitanes, junto a Xavi, Iniesta y Messi), aseguró que una de sus virtudes es la regularidad y su capacidad de adaptación. «Normalmente, estoy jugando de pivote, pero la de interior no es una posición nueva para mí. Es decisión del entrenador», explicó tras dejar constancia de su humildad: «No busco ser una referencia, solo trabajar día a día. También sé que cuando hace tantos años que estás en el club y en primera línea, puede ocurrir que los más pequeños se fijen en ti». Seguro que es así.