Un buen partido y un triunfo incontestable reactivaron al Atlético de Madrid en las alturas de la clasificación con un encuentro completo, serio y eficaz frente al Espanyol, al que manejó de principio a fin y al que doblegó sin sobresaltos, con dos goles de Tiago y Mario Suárez y con un control casi absoluto.

Una victoria indispensable para su reacción y para seguir de cerca la estela de los primeros puestos de la tabla, pero también para el crecimiento en este curso del nuevo conjunto rojiblanco, inabordable una vez más en el Vicente Calderón, donde ha sido invencible en los últimos 24 duelos para todos sus rivales de Liga.

No hubo daños para el marcador del Espanyol hasta casi el final del primer tiempo, el equipo blanquiazul contuvo la ambición del Atlético hasta el minuto 42. Había avisado Mandzukic en dos cabezazos y, al siguiente balón aéreo, fue Tiago el que puso la testa para hacer el 1-0.

La ventaja, perseguida por el equipo rojiblanco desde el minuto 1 no modificó el diseño del encuentro para la segunda mitad, que comenzó con las lesiones de Tiago y Sergio García y prosiguió sin sobresaltos para el Atlético. Todo seguía igual a falta de media hora, cuando Sergio González metió más artillería en el campo: la velocidad de Montañés y la capacidad goleadora de Cristian Stuani.

Reclamó penalti el atacante uruguayo instantes después de entrar, en la jugada posterior lanzó un contragolpe el Atlético con Mandzukic como ejecutor y Kiko Casilla, de nuevo, como obstáculo insalvable y el partido entró en el tramo final. No tardó mucho más el Atlético en zanjar el resultado, a través de un saque de esquina de Koke, con un toque en el segundo palo de Giménez y el toque de Mario Suárez. La sentencia para un triunfo convincente y necesario del equipo rojiblanco en su persecución del liderato.