Joaquim Purito Rodríguez, sexto de la general pero con todas las opciones, tardó muchísimo en orinar en el control antidopaje de la sexta etapa de la Vuelta a España, en Cumbres Verdes, donde ganó y se vistió de líder Alejandro Valverde. Tanto tiempo estuvo que lo pilló el caótico desalojo de la cima, un embotellamiento más propio del final de las etapas del Tour en los Pirineos. Al reconocer al periodista, que también estaba atrapado, bajó la ventanilla del coche del Katusha. "Soy el primero de los que dicen la verdad".

"La verdad" de Purito, que ayer martes sí entrenó en la jornada de descanso, preparado para una contrarreloj que siempre le suele ser esquiva (casi 37 kilómetros en Borja, la tierra del Ecce Homo y el buen vino), ha sido reconocer desde el inicio de la prueba que está aquí para intentar ganar, que su buena forma nada tiene que ver con la irregularidad mostrada en el Tour de Francia y que día a día, etapa a etapa --tal como demostró el domingo en Valdelinares al capturar a Alberto Contador en la misma línea de meta-- va a más. Que quiere la victoria.

DUDAS Y DECLARACIONES ¿Pero han mantenido el mismo discurso sus grandes adversarios cara al triunfo? Las dudas y declaraciones contrarias a lo que se ha visto en carrera han aflorado en sus contrincantes. Nairo Quintana afirmó antes de comenzar que venía como un trueno y en el Movistar le dijeron que rebajase la euforia. Desde entonces todo son balones fuera. Chris Froome, más de lo mismo.

Alejandro Valverde, en cambio, solo ha denotado felicidad porque toda la tensión que acumula en el Tour se transforma en una especie de libertad sobre una bici corriendo la Vuelta.

Alberto Contador, sin ninguna duda, ha sido quien se ha llevado el premio gordo al tratar de jugar al despiste, sin evitar, kilómetro a kilómetro, etapa a etapa, en convertirse poco a poco en el principal favorito al triunfo. "Contador está muy fuerte y es el candidato número uno a la victoria", afirmó ayer Quintana, el líder, a quien sigue un séquito de 15 medios informativos llegados expresamente desde Colombia.

LA LUCHA CON FROOME El ciclista madrileño, segundo de la general y que hoy tratará de pelear con Chris Froome por el jersey rojo de la prueba, ha tardado nada menos que 13 días y nueve etapas en reconocer lo que ya no puede esconder, lo que muestra en cada movimiento suyo o de su equipo: "Voy a intentar ganar la Vuelta".

El segundo acto de la ronda española, de aquí al descanso del próximo martes en La Coruña, se nutre con varias etapas de trazado decisivo. Hoy, la contrarreloj, mañana la llegada en alto al Santuario de San Miguel de Aralar, en Navarra, como apunte a la gran trilogía asturiana de alta montaña: La Camperona (sábado), la leyenda de Lagos de Covadonga (domingo) y La Farrapona (el próximo lunes).