Hasta seis treintañeros forman parte de la plantilla del Córdoba tras la llegada de Stankevicius, un plantel que combina juventud con veteranía. Una mezcla con la que no le fue mal a los últimos equipos blanquiverdes que ascendieron. Para el recuerdo, Raúl Bravo y Alessandro Pierini. El italiano atiende a CÓRDOBA desde la Toscana.

--¿Cómo le trata la vida?

--Bastante bien. En el fútbol he tenido que empezar de cero. En España tenía más posibilidades. Este año estoy entrenando en la cuarta serie, como si fuera un equipo de Tercera. Es el equipo de mi ciudad. Viareggio

--¿Y se ve volviendo?

--Es mi deseo, pero a corto plazo, no. Estoy entrenando. He montado un restaurante…

--¿Sigue aún al Córdoba?

--Sí. Lo veo bien. Ha empezado bien, ganando contra un buen equipo.

--¿Se le ponen los dientes largos?

--Claro. Uno es del Córdoba siempre. Fueron años muy importante a nivel deportivo y personal, con la ciudad la gente.

--¿Sin embargo, usted llegó con 31 años?

--Cuando tienes más experiencia, todo lo vives con más intensidad y te das cuenta de lo que estás viviendo. He vivido sensaciones a niveles deportivos más importantes que en Córdoba, por ejemplo la Champions, pero era más joven y lo vivía más deprisa. Sin darle importancia. Sin embargo, lo vivido en Córdoba, con los años, la experiencia, responsabilidad, lo vives más intensamente. Todo lo que pasa es más tuyo.

--De hecho, su mejor temporada la hizo en Córdoba con 35 años marcando unos cuantos goles.

--Seis goles jugando 39 partidos. Fue el último año.

--¿Cómo se tiene que cuidar un jugador con esa edad?

--Lo primero, tiene que tener la suerte de no tener lesiones importantes, porque te dejan huella a lo largo de tu carrera. Yo nunca tuve nada de rodilla ni de tobillo. A nivel muscular siempre he tenido bastante suerte. Después, te tienes que cuidar más. En el entrenamiento no puedes intentar hacer lo mismo que un chaval de 20. Y la cabeza. Esa es la que manda. Las ganas de seguir corriendo detrás del chaval de 20 años y no querer perder nunca. Es lo más importante para un jugador que empieza a tener 30 y pico años.

--¿Se puede compensar la falta de físico con la experiencia?

-Seguramente. Un chaval joven tiene entusiasmo y físico. Un jugador que ya no tiene tanto de eso ha de compensar con algo más. Con la experiencia sabes mejor dónde va a caer el balón antes de que vaya y eso te hace llegar antes que los chavales.

--¿Y cómo tiene que ser el día a día?

--Tienes que cuidarte más en todo, alimentación y descanso. Las temporadas siguen y se notan.

--Y ya con 30 años uno no tiene las ganas de salir de noche que un chaval de 20.

--Claro. Estás casado. Tienes una familia. Tienes hijos. A lo mejor no duermes no porque te vas de copas, sino porque tu hijo no duerme por la noche. Cuando tienes 30 y pico, tienes que ser siempre futbolista. No te puedes permitir engordar cinco kilos en un verano porque te cuesta perderlos, mientras que a los 20 años lo puedes hacer.

--A usted le renovó Emilio Vega siendo un veterano. Ahora sigue apostando por la experiencia.

--Tengo muy buena relación. Hemos vivido un ascenso. Es un profesional muy bueno. Después de lo que pasó, ha vuelto para hacer muy buen trabajo. Está claro que en una plantilla hace falta juventud, porque da entusiasmo y alegría, pero también, gente con más experiencia, que en los momentos malos no se vengan abajo y en los momentos buenos calmen un poco. Sabe vivir mejor. Es una mezcla muy importante. Sabe canalizar los momentos de entusiasmo y los malos. La experiencia de un jugador de 30 años es importante para hacer vestuario.