Como cuando los pequeños pasan de la guardaría al colegio de los grandes, a lo que sería el antiguo parvulario, todo es nuevo, todo es sorprendente, todo asusta y hay, sobre todo, mucha ilusión por la nueva etapa que se abre. O como cuando se pasa del bachillerato a la universidad.

Es como si la UCO llegase a Segunda División. La historia del UCAM Murcia es muy breve y llena de fusiones. El club debe su origen al Universidad Católica San Antonio de Murcia CF, aunque apenas se mantuvo bajo esa nominación un par de años. Tras lograr el ascenso deportivo hasta Tercera División, la entidad firmó un acuerdo de patrocinio con la Universidad Católica de San Antonio de Murcia en la temporada 11/12, adquiriendo su actual nombre. Solo un año después, el club académico se hizo con la plaza vacante del Orihuela en Segunda B para estrenarse en la categoría de plata. No aguantó el cambio de nivel y descendió para volver a ascender, esta vez por méritos deportivos, solo una temporada después, siguiendo un cierto paralelismo con el Córdoba B.

Tras imponerse al Real Madrid Castilla en la ronda de campeones, los católicos dieron el salto al fútbol profesional. Después de pasar un año ya en La Condomina, el UCAM, de su bolsillo, readaptó el histórico campo del Real Murcia para que cumpliese los parámetros obligatorios para la categoría de plata, destacando el cambio del grana por el azul.

Ahora toca que la afición murciana se identifique por esos colores. El Real Murcia es, pese a estar por debajo a nivel deportivo, en Segunda División B, el conjunto con más arraigo en la ciudad. Así, está por ver cómo responde la afición con un equipo seguido, hasta ahora, por familiares, amigos y compañeros de pupitre. No ha habido presión para los universitarios, hasta ahora, más allá de la institucional. De momento, hay unos 3.000 abonos repartidos para un campo con 6.300 butacas.

En cuanto al juego, los de José María Salmerón intentarán basar su estilo en la solidez atrás. Sin grandes filigranas, el objetivo pasa por encajar poco y marcar gracias a la velocidad en las bandas.

El plantel todavía no está cerrado. Pedro Reverte, director deportivo, reconoce abiertamente que falta un goleador, ya que de momento cuesta demasiado marcar. Por lo pronto, el viernes cerraron la cesión de Juande, ex del Betis y que llega de la Serie B. Con él, son 17 las incorporaciones de los estudiantes. Un equipo nuevo.