La guerra continúa. En la última batalla los clubs han comenzado a arrinconar a Angel María Villar por su no integración en la lucha porque se agilice el Real Decreto para la venta conjunta de los derechos televisivos, que la LFP quiere que vea la luz en abril. Si Villar no se suma a esa pretensión de los clubs corre el riesgo de quedarse sin apoyos a la hora de intentar mantener el cargo. "Los grandes clubs asegura que podrían dimitir de la federación si fuera necesario", afirmó Tebas.

A estas alturas, Villar sabe que en la Liga de Fútbol Profesional (LFP) apenas no hay grietas entre los equipos que pretenden un reparto equitativo de los derechos de televisión. Así lo expresó ayer el organismo que preside Javier Tebas en la asamblea extraordinaria por la incomparecencia de Villar a la reunión del martes, a la que asistieron el ministro José Ignacio Wert, Miguel Cardenal, secretario de Estado para el deporte, y Javier Tebas, presidente de la LFP.

No hubo rastro de Villar, que conocía la postura de los clubs de no ir a la huelga a cambio de darle un impulso definitivo a la venta conjunta a través del Real Decreto. La ausencia de Villar se sustenta en las diferencias entre la RFEF y el CSD por el asunto de las auditorías federativas.

Todo eso se puso sobre la mesa en la asamblea de la LFP, en la que las grandes entidades estuvieron representadas. Se emitió un comunicado en el que se recogen los acuerdos adoptados. El primero hace referencia al respaldo "de la gestión de la LFP y de su presidente para la efectiva centralización de los derechos audiovisuales y un modelo de reparto equitativo de los ingresos a través de un Real Decreto Ley". El segundo apunta directamente a Villar, al que se requiere "para que cumpla escrupulosamente lo acordado en la reunión del comisión mixta Liga-Federación del pasado 6 de marzo".