El Córdoba de la 2017/18 acumula récords negativos a la velocidad que imprime cada jornada disputada. Es el segundo equipo en la historia del club que más goles ha encajado a la altura de la jornada 13, el peor equipo desde aquel de la 2004/05 de infausto recuerdo, el más goleado de la actual Segunda, el que más derrotas suma cuando se ha jugado casi un tercio de Liga y el que peor diferencia de goles presenta, con menos 12, después de anotar 14 y encajar nada menos que 26.

Los datos negativos están ahí y podrían seguir detallándose otros si se observa al mismo equipo, pero un clavo al que puede seguir agarrándose la afición es a lo ocurrido en las últimas siete temporadas, desde la 2010/11, primera en la que se implantó el sistema de eliminatorias de ascenso a Primera. Ahí, el seguidor y abonado cordobesista puede ver un rayo de esperanza, ya que, sin ir más lejos, en la pasada temporada, los últimos cuatro equipos de la tabla en la jornada 13 terminaron salvando la categoría. El Almería, el Numancia, el Alcorcón y el Nástic se mantuvieron en Segunda aunque, lógicamente, con grandes sufrimientos. Y eso que el colista, el Nástic, sumaba 10 puntos (como el Córdoba actual) en aquella jornada. Precisamente Juan Merino tomó las riendas de los granas en el parón invernal y les hizo salir de la zona roja, aunque en las últimas jornadas fue destituido.

También los cuatro equipos que estaban en descenso en la jornada 13 en la temporada 2014/15 terminaron salvando la categoría. El Numancia, el Mirandés, la Llagostera y el Albacete se mantuvieron un año más en Segunda a pesar de que los manchegos, colistas, sumaban sólo ocho puntos en ese momento. Finalmente, la directiva manchega mantuvo a Sampedro en el cargo, que dejó al equipo en mitad de la tabla, con siete puntos de ventaja sobre la zona de descenso.

En las otras cinco temporadas, dos de los cuatro equipos que estaban situados en descenso en la jornada 13 terminaron salvando la categoría: el Mallorca y el Almería en la 2015/16 (Bilbao Athletic y Llagostera bajaron), el Alavés y el Barcelona B en la 2013/14 (el Hércules y el Castilla descendieron), el Mirandés y el Hércules en la 2012/13 (Huesca y Guadalajara cayeron a Segunda B), Girona y Huesca en la 2011/12 (el Nástic y el Cartagera bajaron) y el Nástic y el Recreativo en la 2010/11, ya que el Albacete y el Tenerife, que estaban en descenso también en la jornada 13, terminaron perdiendo la categoría al final de la temporada.

Por lo tanto, la estadística dice que el 35,71% de los equipos situados en descenso en la jornada 13 terminan cayendo a Segunda División B, por lo que el 64,29% salvan la categoría. Es decir, casi dos de cada tres equipos logran mantenerse, mientras que uno de cada tres cae al pozo de la Segunda B.

Con un detalle que, aunque significativo, no parece aplicable al Córdoba. En la 2013/14, el Barcelona B estaba situado en descenso en la jornada 13. No sólo salvó la categoría, sino que finalizó en la tercera posición de la tabla, lo que dio derecho al Córdoba a jugar las eliminatorias de ascenso y terminar regresando a Primera 42 años después.

Más allá de ese caso excepcional, el actual conjunto blanquiverde aún tiene un clavo ardiendo al que agarrarse viendo las estadísticas: casi dos de cada tres terminan salvándose. Pero hay que reaccionar ya.