Que el Córdoba es un grupo blandito no es nada nuevo, un concepto que se está repitiendo desde el inicio liguero y del que ayer se vivió una nueva edición, un nuevo ejemplo. Si hace una semana, en Almería (un conjunto de esos llamados de su Liga ), se veían tics de los que se dieron aviso, cuando se trata de un equipo como el Sevilla, las diferencias son casi insultantes. Tantas, que durante una buena fase del encuentro los de Emery pecaron de suficiencia y a punto estuvo el Córdoba de darles un disgusto, aunque fuera momentáneo. Pero bueno, el campeón de la Liga Europa no es de la Liga del Córdoba, una frase o un concepto sobre el que valdría ir meditando porque para mantenerse en Primera, ojo, hay que sumar puntos contra enemigos llamados a otras cotas. Por lo tanto, no todo vale. Si se equivoca la tranquilidad con la irresponsabilidad --porque se da el resultado más normal ante otro equipo--, el Córdoba no tendrá nada que hacer. Porque por esa lógica, los blanquiverdes apenas deberían sumar con más de una docena de equipos. Hagan cuentas y miren el sábado en Anoeta.

El Córdoba cayó ante un equipo muy superior y esa enorme diferencia obliga a mirar a lo blanco y verde. A ese crecimiento que se echa en falta, porque el equipo de Ferrer sigue recordando a un cachorro, a un conjunto que parece estar aún en la incubadora y que es incapaz de tirar para adelante por sí mismo, que depende en exceso del medio en el que lo sueltan. Si es ante uno de su Liga , aunque con dificultades, logra bandearse entre trastabilleos y miedos. Si es uno de los de la docena larga restante...

Porque el Sevilla llegó ayer avisando desde el minuto uno. Un equipo que, a pesar de su calidad (insistimos: a pesar de su calidad), se mostró como un grupo solidario, uniforme, compacto y con las ideas clarísimas. Tanto de lo que sabe hacer, puede ejecutar y debe evitar. Luego, saldrá o no, pero eso debería ser innegociable. Para todos. Más allá de los números en la ficha o de otras variantes. Y sin nadie que le contrarrestara su juego (algo sorprendente casi por primera vez desde marzo del 2013), los de rojo ya sumaban tres ocasiones (dos claras) antes de que abrieran el marcador. La recuperación en su línea de mediocampo y la velocidad de Aleix Vidal, Denis Suárez y Vitolo, fueron el sota, caballo y rey de los de Emery durante casi todo el choque. Ese gol vino por un error individual en una zaga que, salvo Iñigo López, sufrió en demasía la falta de argumentos y la nula contestación al enemigo en el mediocampo.

Tras la primera media hora de juego, el Sevilla se tomó un respiro y dejó aparecer en dos ocasiones a Fede Cartabia, único argumento ofensivo, hoy por hoy, de este Córdoba. En una combinó con Fidel; en otra, con Havenaar, y poco más pudo hacer el argentino. Juan Carlos fue el mejor de los blanquiverdes, que se iban al descanso sin probar a Sergio Rico.

Si desconcertante fue el primer acto, el segundo no lo fue menos. La voluntad de Ekeng choca frontalmente con su anarquía táctica. Fidel pide a gritos 10 minutitos por la banda derecha para demostrar que puede ser mucho más aprovechable, Rossi mostraría muchas más virtudes si tuviera las espaldas bien guardadas... Sin hablar de la referencia en ataque ni otros conceptos. El ídolo cordobesista nunca tuvo menos de dos rivales encimándole contínuamente. Aleix Vidal y Vitolo encaraban en velocidad a Gunino y Crespo. Lo que la calidad individual no da debe encontrarse en la respuesta táctica. Si esta no existe o es demasiado nimia, el resultado es que el rival de turno, en este caso el Sevilla, puede realizar hasta cinco contragolpes en los primeros 10 minutos de la segunda mitad y que incluso se permite sestear, centrar de rabona y hasta errar cuatro ocasiones claras que, en otros duelos, ante enemigos más potentes, no suele perdonar. Hay formas y formas de perder. Y si la de ayer hubiera llegado con síntomas claros (aunque fueran leves) de crecimiento, a pesar de ese 1-3, la sensación sería muy diferente. Por comparación, miren el debut en el Bernabéu. Incluso en el estreno liguero se mostró más verticalidad, concepto que en el Córdoba tiene nombre y apellido: Fede Cartabia. Y el argentino no estará el próximo jueves.

No le sentaron del todo mal al Córdoba los cambios. Ghilas ofreció algún desmarque de ruptura y un mínimo problema para Carriço y Nico Pareja. Abel Gómez intentó mover al equipo a base de desplazamientos largos a derecha e izquierda. Sin embargo, en uno de los puntos fuertes del rival llegó el segundo tanto para el equipo de Emery por medio de M'Bia, que había entrado muy poco antes. Tras ese tanto, el Sevilla volvió a tomarse un respiro. La mínima esperanza surgió de un golpe de casta, en este caso de Iñigo López, que se marcó un taconazo a Fede Cartabia, para que el mediapunta hiciera el resto: llegar hasta el fondo para ponerle el balón a Borja García que, en carrera, batió a Sergio Rico.

La alegría duró apenas cinco minutos, ya que Pantic (vaya día) cometió un absurdo penalti sobre Vitolo que Bacca se encargaría de transformar. En todo caso, esas apreturas finales no hubieran reflejado en nada lo que el encuentro mostró: un Córdoba que sigue mostrándose demasiado endeble, falto de cemento en sus uniones cuando defiende y sin una idea clara de cómo atacar al rival, se llame este como se llame. Un Córdoba que cada semana lo sacan del cestito y lo echan a la leonera.

Ficha:

Estadio: El Arcángel

Asistencia: 17.023 espectadores, con presencia sevillista

Terreno de juego: Muy bien

Córdoba: (1) Juan Carlos, (17) Gunino, (12) Iñigo López, (2) Pantic, (3) Crespo, (5) Ekeng, (7) Rossi, (10) Fede Cartabia, (18) Borja García, (16) Fidel y (24) Havenaar.

Cambios: (14) Ghilas por Havenaar en el 58', (23) Abel Gómez por Ekeng en el 66' y (35) Fede Vico por Fidel en el 74'.

Sevilla: (29) Sergio Rico, (23) Coke, (21) Nico Pareja, (6) Carriço, (2) Tremoulinas, (12) Iborra, (4) Krychowiak, (22) Aleix Vidal, (17) Denis Suárez, (7) Vitolo y (9) Bacca.

Cambios: (5) Diogo por Coke en el 61', (25) M'Bia por Iborra en el 69' y (19) Banega por Denis Suárez en el 77'.

LOS GOLES

0-1 (8') Error de Pantic que aprovecha Aleix Vidal para llegar al fondo como una exhalación y conectar, raso, con Bacca, que fusila a Juan Carlos.

0-2 (72') Falta a Aleix Vidal que bota Denis Suárez. M'Bia entra desde atrás como un obús y remata de cabeza de manera inapelable.

1-2 (83') Borja García remata un pase raso de Fede Cartabia.

1-3 (87') Bacca transforma un penalti de Pantic sobre Vitolo.

EL ÁRBITRO

Velasco Carballo (C. Madrileño)

No gustó, sobre todo en las formas. Amonestó a los locales Iñigo López (14'), Gunino (30'), Havenaar (47'), Fede Cartabia (83') y Pantic (87'), mientras que por parte sevillista vieron la amarilla Coke (21') y Aleix Vidal (74').