La plantilla del Córdoba disfruta hoy del primero de sus dos días de descanso después de que en la tarde de ayer llegara a la ciudad desde su concentración en Benahavís, en donde ha estado casi diez días en los que, jornada a jornada, se han comprobado algunas mejoras, no sólo dentro del campo de entreno. Unas y otras deben tener continuidad.

Entre las primeras, lo más obvio, algo que incluso se encargó de recordar el jueves por la noche Luis Miguel Carrión: «El equipo es competitivo, pero espero a alguien más». En el autobús de regreso iban 26 jugadores, de los que seis -dos porteros, Sillero, Sebas Moyano, Soler y Mena- pertenecen al filial blanquiverde. Hoy por hoy, contando con los lesionados, Carrión dispone de una plantilla de 20 jugadores. Con todo, el catalán ha centrado el esfuerzo en Benahavís en el balón y en la presión. Un estilo claramente definido -y por lo tanto, más fácil de estudiar por los adversarios-, fundamentado en la presión en campo contrario. Deberá ser este Córdoba un equipo extremadamente solidario y sin ningún tipo de grieta por la que el rival pueda escaparse. En caso de ser así, el sufrimiento defensivo está garantizado. En caso de que se cumpla en competición como se ha cumplido en los ensayos de pretemporada tendrá mucho ganado. La pequeña esperanza se centra en aquellos primeros 45 minutos contra el Almería, ya que el resto de contrincantes no pueden ser evaluados con la suficiente seriedad. Baste como ejemplo que el Linares y Sanluqueño, ambos equipos de Tercera, llevaban apenas cinco días de trabajo cuando se enfrentaron a los blanquiverdes.

Trabajo, el de Carrión y los suyos, que ha ido mejorando día a día, aunque sobre todo la mejora se ha centrado en «hacer piña» y generar «buen ambiente». Todos los jugadores y cuerpo técnico lo han comentado en cada una de las jornadas vividas en Benahavís. Y desde fuera, lo cierto es que lo que se transmite es exactamente eso: el ambiente ha sido inmejorable.

Otro detalle a reseñar es que fuera del campo no se contempla el páramo de los últimos años. No es, ni mucho menos, un vergel, aunque sí hay detalles a recordar. Las ruedas de prensa de algunos futbolistas y, sobre todo, la del director deportivo blanquiverde, Álex Gómez, la primera desde que fuera presentado oficialmente en el cargo hace cuatro meses. Ahí también parecer que la lección se va aprendiendo lentamente, ya que de objetivo -salvo Sergio Aguza- nadie habló de ascenso, ni tan siquiera de play-off. Como mucho de «estar lo más arriba posible». Gómez, incluso, reconoció que «decir un objetivo a largo plazo es mentirnos». Y dejó también un detalle significativo, cuando aseguró que «nos movemos en el presupuesto de estos años». Cabe reseñar que, por ejemplo, el Tenerife tuvo un límite salarial la pasada temporada en torno a los 4,5 millones (por debajo del que tuvo el Córdoba), mientras que en esta campaña podría irse al doble, por encima de los ocho millones de euros, incluso.

También han servido esos casi diez días para comprobar cómo el nivel de la plantilla ha de ir subiendo de manera obligada. De los mensajes incluyendo a jugadores del filial en el primero equipo se ha pasado al viaje de Quiles desde Benahavís a Murcia. Necesario para dar continuidad a esa mejora.