La pregunta era obligada: ¿entendería Carrión una destitución en caso de derrota cuando se lleva algo más de un mes de competición? «No soy el club para decidirlo. Yo trabajo para ganar», afirmó un Carrión que intentó mantener la serenidad durante toda su comparecencia. «Si luego el club toma una decisión porque las cosas salen mal, pues qué le voy a hacer. No tengo que entenderlo, tengo que aceptarlo», explicó el técnico blanquiverde, que recordó que «yo no trabajo para eso. Igual que si ganamos el sábado y hacemos un gran partido no voy reclamando nada», ya que para él es «lo normal, es mi trabajo». En cualquier caso, el catalán declaró que después del encuentro «lo que tenga que pasar ya pasará». Sobre el respaldo que tuvo por parte de los jugadores a través de los capitanes, y alguno incluso públicamente, el preparador cordobesista reconoció que «para un entrenador es un orgullo que el equipo esté con él, no porque le caiga bien, sino porque se trabaja bien», aunque recordó que «luego hay que mostrarlo en el campo. Es la mejor forma de que me demuestren su apoyo, ganando» esta tarde, en el José Zorrilla de Valladolid.

Intentó Carrión desde el inicio desmarcarse de las informaciones que vinculaban su futuro al encuentro de hoy. «Si tuviera que creerme todo lo que leo me volvería un poco loco», aseveró. Durante la semana, comentó, «no he hecho mucho caso a todo lo que he leído. Cosas que a lo mejor están mejor o están peor. Lo importante es trabajar por el bien del Córdoba, trabajar para ganar en Valladolid, conseguir tres puntos más y eso es lo que he hecho durante la semana». Además, Carrión explicó que «cuando pierde, uno no piensa que lo vayan a echar, y cuando gana no pide la renovación. Entonces, hay que trabajar por el bien del Córdoba, hacer las cosas bien y mejorar». «Y no leer mucho», apostilló.

Profundizando en la semana, que ha sido muy distinta a las anteriores, Carrión comentó que «hablo bastante con todos, con el presidente, con Carlos -González- y demás, y bueno, lo normal en estos casos. Siempre pasa igual. Te muestran su preocupación por la situación y luego, su cariño. Si algún día hay que tomar una decisión, porque aquí no somos perennes, caeremos, pero esperemos que sea con éxito. He vivido un montón situaciones así. Lo importnte es que el Córdoba esté lo más arriba posible», deseó el técnico blanquiverde, que valoró que «cada vez que hay un problema entre nosotros, un cisma en el equipo, en el entorno, el dañado es el mismo, el Córdoba». También reconoció el entrenador blanquiverde que «está claro que nosotros debemos hacer mucho para que la gente esté con nosotros. Yo también me hubiera cabreado la semana pasada», pero «esos cismas acaban dañando al club. Tenemos que hacer más para mejorarlo y pensar que pasaremos esto y ganar en Valladolid para estar mucho mejor».

Pudo vislumbrarse que Carrión, por la importancia del encuentro para su futuro y ante los últimos reveses, pueda cambiar o matizar, como mínimo, sus planteamientos desde el pasado verano. «Somos equipos -el Valladolid y el Córdoba- que tratamos de tener el balón», identificó el técnico. «Eso nos ha penalizado. De inicio de partido, hasta que no nos meten el gol, no nos generan muchas ocasiones, luego nos meten y parece que hay que remontar ya. Eso nos ha llevado a encajar. Debemos ser un equipo fiable, que no lo hemos sido hasta ahora. Hemos sido un equipo de altibajos. Mañana -por hoy- tenemos un equipo de calidad delante y hay que hacer cosas bien para ganar», avisó.

Finalmente, el técnico reconoció que «me duele en el alma cuando veo que el equipo recibe un gol y se desdibuja y parece que hay que hay que empatar ya» y admitió, en varias ocasiones, que «estamos en una situación difícil».