Ni tan siquiera hubo que preguntarle, por lo que es sintomático que Luis Miguel Carrión hablara ayer de la situación en la que se encuentran tanto él como la plantilla, una especie de limbo entre las promesas hechas en verano por el club, junto a su política de comunicación, y el descontento de la afición ante la situación del equipo, que pelea actualmente por la permanencia.

El técnico blanquiverde pareció mandar una especie de queja hacia arriba cuando explicó que «se hace un análisis de mi rueda de prensa previa y posterior al partido», algo impuesto por el propio club desde el inicio de temporada, que no permite contacto con los medios locales ni al entrenador ni a ningún jugador de la plantilla. El técnico del Córdoba amplió su argumentación: «Hoy en día hay muchos medios en los que se comenta todo y no tienes posibilidad de defenderte de nada y se malinterpretan cosas que dices», por lo que ante esa casi nula comunicación con los medios impuesta por la propia entidad blanquiverde, entiende que es preferible «no hablar» y que «en la situación que está todo no puedo hablar muy claro», una afirmación que deja entrever la situación a la que se ven abocados los profesionales por la decisión tomada por el club.

Así, sin ningún tipo de comunicación y con todo fiado a los resultados, el preparador cordobesista entiende que, «simplemente, somos profesionales y nada puede afectar, sino trabajar bien y hacerlo sin esperar a que vengan los resultados, como cuando eliminamos al Málaga. Entonces todo era distinto», se quejó, en un tono melancólico. Redundando en esta última idea, Carrión explicó que la única salida que le queda, por tanto, al equipo es «hacer las cosas bien y todo cambiará. Hay que trabajar para cambiar la situación, hay que entender al entorno y que no afecte, porque así se iría a peor. Hay que dar un paso más», reclamó de nuevo a su plantilla, en el difícil compromiso de mañana en Getafe, convertido de nuevo en una final por la permanencia. Además, y para zanjar el asunto, Carrión explicó que «no debe afectarnos nada, sólo trabajar al cien por cien y si haces las cosas bien la gente apoyará. No hay que esperar a que te aplaudan para hacer las cosas bien, hay que hacerlas y entonces los aplausos llegarán. Soy al primero al que critican, y seguro que si fueran las cosas bien, como pasó al principio, no sería así. Tengo que trabajar para cambiar esa situación».

En cuanto al partido, Carrión confirmó la baja de Rodas, algo que según él no afectará al dibujo («seguiremos con cuatro atrás») y dejó a la última prueba que se realizará hoy la posible presencia de Pawel Kieszek, con la mano inflamada por un golpe recibido el pasado miércoles. En el aspecto positivo, corroboró que Piovaccari y Caballero están disponibles, por lo que es seguro que el italiano entrará en la lista de convocados, y mandó un mensaje directo a los seguidores: «Somos capaces de ganar en Getafe». El técnico aseguró que «iremos con toda la fe del mundo» y recordó que «no juega uno de Tercera contra otro de Primera, los dos somos de Segunda». Eso sí, reconoció que «ellos son un buen equipo y están mejor que nosotros».