Una de las máximas del fútbol, sobre todo en Segunda División, es la de la necesidad imperiosa de dejar la portería a cero. Aquel famoso «punto que te da la Federación» del que hablaba Javier Zubillaga que, paralelamente, te facilita también el esfuerzo atacante, ya que el objetivo se centra en realizar un solo gol. El equipo de Carrión ha anotado en cuatro de sus cinco partidos oficiales, por lo que debe mirar hacia atrás.

La dificultad para esa mejora en el balance defensivo estriba en que la idea del técnico blanquiverde, según sus manifestaciones y sus propios números, no se enfoca en exceso en ese concepto.

Bajo las órdenes de Carrión, el Córdoba suma 30 encuentros ligueros desde que tomó las riendas el pasado noviembre. Sólo en siete de esos 30 partidos logró dejar la portería a cero, seis de ellos en la pasada temporada: el empate a cero ante el Rayo en El Arcángel del 7 de enero, el 1-0 en casa al Alcorcón de febrero, el empate a cero en casa ante el Numancia en marzo, el triunfo en casa ante el Elche (1-0) y ante el Almería, en abril y, también por 1-0, al Reus en mayo. Es decir, un 23,3% de los partidos jugados logró dejar al rival a cero y prácticamente todos en casa. Casi la media que lleva en la actual temporada, de un 25%, al haber dejado solo a un rival a cero, aunque por primera vez desde que es entrenador del Córdoba fuera de casa: en Albacete. Aunque hay que reseñar que el manchego es el único equipo de Segunda que aún no ha anotado en esta Liga después de cuatro jornadas.

Como dato comparativo y tomando como referencia esas 30 jornadas ligueras en las que Carrión ha dirigido al Córdoba, cabe reseñar que en los primeros 30 encuentros de la pasada temporada, el Huesca dejó su portería a cero en 10 ocasiones, el Cádiz lo hizo en 11 oportunidades; el Tenerife, próximo rival en El Arcángel, dejó a cero su portería en 12 partidos, mientras que el Valladolid lo hizo en 11 y el Oviedo, en 13, casi el doble. Es decir, los beneficios de estos equipos con respecto al blanquiverde es que sumarían entre tres y seis puntos más como mínimo (en caso de no haber anotado) y entre seis y 12 puntos más en caso de haber podido anotar y llevarse, por consiguiente, el triunfo.

Por lo tanto, no puede dar «igual ganar por 5-4 que por 2-1». Con la portería a cero sólo se necesita un gol.