Carolina Marín, que el domingo se proclamó campeona del mundo de bádminton en Copenhague, afirmó ayer a su llegada a Madrid que, aunque aún quedan dos años para los Juegos Olímpicos de Río, ahora toca "prepararse muy bien para volver a dar otra sorpresa".

Tras un partido de una hora y 18 minutos contra la jugadora china número uno del ránking mundial, Xuerui Li, Marín logró alzarse con el triunfo en el mundial y se convirtió en la primera española en ganar ese título.

La campeona aseguró en el aeropuerto de Barajas que el triunfo no era solamente suyo, sino "de todos los españoles", dijo. "No tengo palabras de la emoción y sobre todo de la sorpresa que me he llevado de todos los españoles. Estoy muy emocionada y todavía me encuentro en una nube", señaló.

La número ocho del mundo, que meses antes se proclamó campeona de Europa, dio las gracias "al maravilloso equipo" sin el que, afirmó, "no estaría donde estoy".

UNA PIONERA CON GARRA Con su triunfo, Carolina Marín ha hecho a sus 21 años historia en el bádminton español, en el que ha abierto brecha en el camino, como hicieron antes en otras especialidades Angel Nieto (motociclismo), Severiano Ballesteros (golf) o Francisco Fernández Ochoa (esquí). Pero esta vez esta pionera llegó a la gloria antes que los hombres.

Muchos ven en ella la versión femenina de Rafa Nadal, su ídolo, al que trata de emular. Desarrolla similares gestos al celebrar puntos y victorias, aunque con su grito particular. Ambos son zurdos, tienen garra, carácter competitivo, una precocidad insultante y una progresión meteórica en la alta competición.

La onubense aún no cuenta con el mismo palmarés pero ya tiene el título mundial y este mismo año se proclamó campeona de Europa. En el anterior mundial fue quinta y hace dos años olímpica en Londres, donde precisamente la china Li Xuerui, número uno del mundo y plata, le impidió llegar más lejos.

Desde muy joven se convirtió en dominadora nacional, pero tenía claro que sus metas eran más altas y cómo llegar a ellas. Ante chinas, tailandesas, coreanas, etc. siempre reaccionó con motivación por acercarse a su nivel en lugar de mostrar excesivo respeto. Optó por ser osada, las estudió, y siempre se exigió un poco más. De hecho antes de este Mundial se concentró en Tailandia para entrenar con la anterior campeona mundial.

Seis años intensos han pasado desde que Marín dejó Huelva para pulirse en Madrid con Fernando Rivas como entrenador. No había transcurrido mucho tiempo desde que esa niña que taconeaba en las clases de flamenco fue un día a jugar al bádminton con una amiga y al final cambió de afición.

Sus primeros pasos fueron guiados por Paco Ojeda, alma mater del CB IES La Orden, una familia donde se crió la que se ha convertido en seria alternativa a la hegemonía oriental, una pionera con la garra de Nadal.