Ha cumplido 23 años unos días atrás, pero es como si Carlos Sainz llevara toda la vida en F-1. El joven madrileño vivía enjaulado en la estructura de Toro Rosso en la que nadie, ningún piloto, absolutamente nadie, había cumplido tres años de estancia. Lo peor era que ya le habían dicho que haría un cuarto año, o un quinto si era necesario esperando su paso al primer equipo de Red Bull. «Necesitamos que pasen cosas alrededor», murmullaba Carlos Sainz padre, bicampeón del mundo de rallys, una semana atrás en Monza mientras daba vueltas a la forma de hacer que su hijo pudiera abandonar la estructura Red Bull.

El fichaje de Sainz por Renault confirma que Renault deja Toro Rosso para irse a McLaren, una condición necesaria aunque no suficiente para que Fernando Alonso acepte la oferta de renovación del equipo de Woking. Dice Bernie Ecclestone que «ya lo tiene hecho», pero no hay aún confirmación oficial, aunque podría llegar este fin de semana en Marina en los días previos al Gran Premio de Singapur.