El Cádiz de la 2017/18 es muy distinto al que la pasada campaña jugó el play-off tras toda una liga regular en los puestos altos de la tabla.

El equipo que dirige Álvaro Cervera ha perdido a varios de sus hombres fundamentales y en todas sus líneas. En la zaga destaca la baja de Aridane, su central más destacado, que se ha marchado este verano a Osasuna por la astronómica cifra de 1,5 millones de euros. En la zona ofensiva el Cádiz ha perdido a su máximo goleador de la pasada temporada, Ortuño, que fue clave con sus 17 goles.

Mientras, en el centro del campo el mediapunta Ager Aketxe también deja un hueco difícil de cubrir. Vino cedido por el Athletic de Bilbao en el mercado invernal y regresa a su tierra para hacerse un hueco en el primer equipo vasco.

Para reconstruirse y paliar esas bajas, el conjunto gaditano ha realizado hasta 11 altas. Algunos de los nuevos fichajes son jugadores de nivel que vienen a coger un sitio en el once. Son los casos de David Barral, el elegido para sustituir a Ortuño, o de Marcos Mauro y Kecojevic para reforzar el eje de la zaga. El resto de fichajes (el excordobesista Moha Traoré, Dani Romera, Villanueva, Álex Fernández, Bijker, Alberto Perea, Rober Correa y Rubén Yáñez) complementarán al bloque base que permanece.

El doble pivote que sustentó el juego del Cádiz la pasada campaña sigue inalterable, con Garrido y José Mari en los mandos. Y las bandas también son las mismas. Álvaro y Salvi seguirán protagonizando el aspecto ofensivo del Cádiz con sus galopadas pegadas a la cal. Su aportación en el pasado curso fue notable y la juventud de ambos (24 y 26 años respectivamente) hace prever que irá a más esta temporada.

El Cádiz, al igual que el Córdoba, ha transformado su plantilla para seguir optando a estar en los puestos altos y colarse, como el año pasado, en el play-off.