No ha tenido un mal sorteo el Barça en su regreso a la Champions. La fortuna le ha sonreído en buena manera en el Fórum Grimaldi de Mónaco, donde por primera vez no partía entre los cabezas de serie por la nueva normativa de la UEFA, en la que solo los campeones de Liga quedan incluidos en el primer grupo.

El equipo de Ernesto Valverde logró esquivar a dos de los tres huesos que le podían tocar de entrada, el Bayern de Múnich y el Chelsea, pero no pudo sortear a la Juventus, un viejo conocido, al que el equipo azulgrana le birló el título en la final de Berlín del 2015 pero que la temporada pasada se tomó buena revancha eliminando a los barcelonistas en cuartos de final tras el rotundo 3-0 en Turín.

VALVERDE, ÍDOLO EN EL OLYMPIACOS

El Olympiacos y el Sporting de Lisboa son los dos rivales que acompañan a catalanes e italianos. Como si de un guiño del destino se tratara, el bombo quiso que el conjunto griego se cruzara de nuevo en el camino de Valverde, esta vez como oponente. Y es que el técnico barcelonista es todo un ídolo en el club del Pireo, al que ha entrenado en dos etapas (2008-09 y 2010-12), igual de exitosas todas ellas ya que el conjunto rojiblanco conquistó la Liga en las tres temporadas que lo dirigió el preparador extremeño.

También se encontrará el Barça un viejo conocido en el Sporting de Portugal, donde ha llegado esta temporada el exazulgrana Mathieu con la carta de libertad. De entrada, ni griegos ni portugueses deben suponer un duro escollo para el Barça, que por lógica tiene que jugarse la primera plaza del grupo con la Juventus, una posición que garantiza jugar la vuelta de los octavos de final en casa.