Por su parte, el entrenador del Sporting de Gijón, Rubén Baraja, reconoció al inicio de su comparecencia de prensa que no se puede obviar el inicio de la promoción de ascenso, que arranca en cuatro días. Sin embargo, garantizó que sus hombres van a Córdoba «con dignidad, ambición y el objetivo de asegurar el tercer puesto en la clasificación». Y es que para Baraja el poder jugar la vuelta de las dos eliminatorias en su estadio es vital, «por todo lo que nos da El Molinón», algo que su equipo solo tiene asegurado si saca al menos un punto del choque de esta tarde-noche. Respecto al partido en El Arcángel, aseguró que espera un ambiente «muy bonito» que, eso sí, «no será muy diferente al que nos hemos encontrado en otros campos que hemos visitado esta temporada».

Cuestionado sobre Álex Pérez, pieza importante de su esquema y apercibido de sanción porque acumula cuatro tarjetas amarillas, aseguró que su entrada en la convocatoria supone «asumir riesgos». No se la jugará con Sergio Álvarez, que se queda en Gijón «porque le vendrá bien descansar», ya que arrastra varios partidos con molestias.

En todo momento los periodistas de Gijón cuestionaron a Baraja sobre el efecto que el partido ante el Córdoba puede tener, tanto en lesiones como en sanciones, y también en su efecto final en la clasificación.

Sobre sus preferencias de rivales para el play-off, Baraja dijo que «cualquiera que se clasifique será porque se lo ha merecido», aunque añadió que «solo pienso en el Córdoba». Para el técnico del Sporting el equipo blanquiverde «es ofensivo, presiona mucho, fichó bien en Navidad y tiene muy buena pegada». No cree que vaya a ser un partido fácil porque el Córdoba esté en la zona baja de la tabla, y su receta para ganar es «humildad y trabajo».