No hay manera. Luis Enrique prueba, una y otra vez, convencido de que necesita a toda la plantilla, pero la segunda unidad del Barça, esa en la que el club invirtió 122 millones el pasado verano, no acaba de funcionar. No hay manera. Han pasado ya ocho meses, la temporada enfila su recta final (en el mejor de los casos los azulgranas jugarían 17 partidos, incluida la hipotética final de Champions y la ya segura de la Copa) y solo Umtiti , excelente rendimiento el suyo, y Cillessen, solvente en su papel de portero copero, han abandonado el banquillo de los acusados.

Los demás (André Gomes, Alcácer, Digne y Denis) no encuentran su sitio, mientras los penúltimos refuerzos que han llegado (Arda Turan y Aleix Vidal, que anda recuperándose en Almería de su grave lesión en el tobillo) tampoco han reanimado al equipo.

Sin alas en Riazor

A pesar de que el Barça tendrá una semana limpia para preparar el duelo con el Valencia en el Camp Nou el próximo domingo, Luis Enrique no abandonó su política de rotaciones. Obligado, además, por las ausencias de Neymar (molestias musculares) y Rafinha (gastroenteritis), el técnico renovó a medio equipo. Hizo cinco cambios con respecto al que protagonizó la gesta ante el París SG. Pero eran, en realidad, ausencias más estratégicas porque Luis Enrique cambió las alas (Denis Suárez jugó en el sitio de Rafinha y Arda Turan en el de Neymar) y el equipo dejó de volar. En el 3-4-3, que no abandonó el técnico, los extremos son trascendentales.

De ahí, por ejemplo, el valor que ha adquirido Neymar en este último mes, imprescindible por su dribling y desequilibrio, aprovechándose de la capacidad de absorber rivales que genera Messi.

Arda, destinado a la banda izquierda, ni siquiera intentó un solo regate, mientras Denis, en la banda derecha durante la primera parte, hizo dos tentativas de eliminar a un rival, pero no consiguió concretar ninguna con éxito. Así se entiende también que Messi no entrara en juego como de costumbre.

Ni acabaron el partido

Más allá del cansancio mental tras subir el Everest del París SG, Luis Enrique buscó regenerar el once con de esa segunda unidad que no tiene tanto desgaste físico. André Gomes, Arda y Denis no acabaron el partido.

El técnico ve que la poderosa inversión (en dos años el Barça ha gastado 170 millones de euros) para dinamizar su plantilla no le sirve ni para ganar en Riazor a un Depor cansado (empató el miércoles en el descuento ante el Betis) y que sufría también bajas ilustres: Andone y Mosquera.