Dos goles del argentino Ángel Correa y del uruguayo José María Giménez en el tramo final rescataron un punto para el Atlético de Madrid, con diez jugadores, por la expulsión de Antoine Griezmann, y en un partido que tenía perdido con el Girona, vencedor hasta el minuto 85 con dos tantos de Cristian Stuani (2-2).

El debut histórico del equipo catalán en Primera División rozó la proeza de derribar a uno de los mejores conjuntos de Europa en la actualidad, pero su hazaña quedó incompleta por su inexperiencia y por la fe de un Atlético que nunca se rinde, capaz de nivelar un 2-0 en contra cuando era impensable, con diez y en apenas siete minutos.

Después de una protestada doble amarilla al francés Antoine Griezmann, al entender el árbitro Martínez Munuera que se había tirado en una acción ante Gorka Iraizoz dentro del área, un disparo lejano y colocado de Correa, en el 77, y una falta cabeceada por Giménez, en el 85, igualaron el duelo, que no habría terminado 2-2 sin una extraordinaria parada de Oblak en la última ocasión local.

El Girona se había adelantado en el minuto 21, llevando al marcador su dominio del balón y del juego. Desde la frontal del área el capitán local, Àlex Granell, puso un centro medido con la zurda que recogió Stuani. El uruguayo, fichado este verano del Middlesbrough inglés, se levantó entre la zaga atlética y conectó un cabezazo que entró rozando el palo izquierdo de Oblak. Fue también Stuani el que marcó el 2-0 a los cuatro minutos, de nuevo de cabeza, aunque esta vez rematando un córner.

Solo la proeza final del Atlético evitó la primera derrota del equipo del Cholo Simeone.