Athletic Club: Iraizoz; Iraola, Gurpegui, Laporte, Balenziaga; Iturraspe, Rico, Beñat; Susaeta, Aduriz y Muniain.

Shakhtar: Kanobolotski; Srna, Rakitskiy, Sevchuk, Azevedo; Stepanenko o Fernando, Gladkiy, Ilsinho, Teixeira; Taison o Costa y Adriano.

Arbitro: Tasos Sidiropoulos (GRE).

Estadio: San Mamés.

Hora: 20.45 (Canal + Liga de Campeones 2).

El Athletic Club confía en su fortaleza en San Mamés desde la llegada de Ernesto Valverde para comenzar ganando en la liguilla de la Fase de Grupos de la Liga de Campeones, que hoy arrancará midiéndose en la nueva Catedral a un Shakhtar Donetsk ucraniano que solo conoce la victoria en los ocho partidos que lleva jugados esta temporada.

El encuentro frente a uno de los que se presume como grandes rivales en la lucha por una plaza en los octavos de final de la competición por clubes más importante de Europa se considera vital por el conjunto rojiblanco, ya que tras ese inicio de liguilla en casa tendrá después dos salidas seguidas a Bielorrusia y Oporto.

Los de Ernesto Valverde, no obstante, tienen plena confianza en sus fuerzas y en el nivel que vienen demostrando ante su afición en el nuevo campo inaugurado la temporada pasada y acabado de construir para el inicio de esta. Desde que en el curso anterior regresase Valverde al banquillo bilbaíno, San Mamés ha sido el principal aliado de su equipo tanto para alcanzar la eliminatoria previa de la Liga de Campeones, acabando cuarto en la tabla en la Liga BBVA, como para superar esa previa ante un rival de la entidad del Nápoles de Rafa Benítez.

Precisamente la vuelta de esa eliminatoria, el choque en el que lograron remontar (3-1) el 0-1 con el que se adelantó al inicio de la segunda mitad el conjunto del técnico madrileño y Gonzalo Higuaín en una jornada para la centenaria historia del singular club vasco, es la referencia que los leones se marcan para este miércoles.

Por su parte, el Shakhtar, un clásico en la Liga de Campeones en la última década, ha viajado a Bilbao, adonde llegó el pasado lunes, con el fin de demostrar que es un hueso duro de roer, aunque está por ver si ha superado sus crónicos problemas defensivos.