La llamada telefónica de Flavio Briatore, íntimo amigo, confidente y asesor de Fernando Alonso, a Niki Lauda, uno de los jefazos de Mercedes, preguntándole la pasada semana si el bicampeón del mundo español podía entrar en sus planes (ver este periódico ayer), ha desatado una lluvia de rumores, mezclada con informaciones veraces, cuya consecuencia final es que Alonso ha decidido abandonar Ferrari y atender a la sugerencia de Briatore de fichar por Mercedes, que ya ha decidido no renovar a Lewis Hamilton, dada su enemistad con el alemán Nico Rosberg, su piloto favorito.

La Gazzetta dello Sport aseguraba ayer, en una información de su periódico retirada, luego, de la web, que Alonso ya ha anunciado a los máximos responsables del equipo de Maranello, es decir, a Marco Mattiacci, que deben resolver con antelación el contrato que le ata a Ferrari hasta finales del 2016 pues no piensa seguir pilotando para ellos.

"Fernando Alonso ha expresado su voluntad de irse de Ferrari después de haber puesto unas condiciones inaceptables para seguir en la escudería", dice Mattiacci en la información del diario deportivo italiano. "Esto no es compatible con el plan a largo plazo y de estabilidad que nos hemos planteado".

Esa, y ninguna otra razón (menos la económica), es la causa de que Alonso ha decidido cambiar de aires: no puede esperar tres años más a que Ferrari construya un coche ganador. El Nano, con 33 años, lleva 91 grandes premios esperando que el cavallino ponga en sus manos un monoplaza competitivo. Ganador de 32 grandes premios, poseedor de 97 podios en 230 carreras y bicampeón con Renault (2005 y 2006), Alonso quiere un coche ganador, aunque se vea obligado a renunciar a parte de su millonario salario. Por eso se va de Ferrari y mira a Mercedes.

En medio de la desesperación de Ron Dennis, que no puede conseguir para Honda, su próximo compañero de viaje en la F-1, un piloto ganador ni ofreciendo 95 millones de euros por tres años de contrato, aparece el enfado de Alonso y su determinación a dejar Ferrari. Si a eso se añade que a Mercedes, ricos alemanes pero austeros y discretos, le molesta la ostentación de Hamilton (lo primero que hizo cuando firmó su contrato con la estrella plateada fue comprar un jet de 25 millones) y sueña con un piloto como Alonso, se comprenderá que el intercambio que muchos pronosticaron Alonso-Vettel, varíe hacia un trueque Alonso-Hamilton. Lo que es evidente es que Red Bull peleará para retener a su tetracampeón y que ni el milmillonario Dietrich Materchitz ni su asesor, el doctor Helmut Marko, se van a gastar dinero en otras manos mágicas, pues ellos prefieren pilotos surgidos en su gran escuela.

"Para mí, Fernando es el mejor piloto de la parrilla", ha repetido mil veces Lauda. Incluso el presidente de Mercedes, Dieter Zetsche, llegó a decir, recientemente en una visita a la factoría de Vitoria, que "quizás sea el mejor piloto del mundo".