Más de 100 años de historia deja muchas tradiciones en las 500 Millas de Indianápolis. Una de ellas es la particular forma de organizar la rueda de prensa con los pilotos. Una réplica del Borg Warner, el enorme trofeo de la carrera, preside una carpa donde los 33 pilotos atienden a los medios. Es una especie de mercadillo, o de congreso de medicina o viajes, donde unos van pasando de un stand a otro, de un corrillo a otro. Es el curioso media day. Fue allí, en el corrillo más lleno de periodistas, desde donde salió una frase. “Realicé mi última salida lanzada, como la que afrontaré el domingo, hace 20 años, en 1997, en el Mundial de kárting”. Es una de las muchas reflexiones de Fernando Alonso, de las muchas que ponen en valor su atrevimiento a buscar un triunfo en una carrera tan legendaria sin experiencia alguna.

ENTRENANDO Y ENTRENANDO CADA DÍA

Desde que aterrizó en Indianapolis el lunes posterior el GP de España de F-1, “he estado viendo vídeos de años anteriores, cámaras a bordo, desde fuera, los datos de los seis coches de nuestro equipo y los del año pasado. Intento imaginarme cómo hacerlo, probando cosas diferentes en el simulador. Probablemente echaré de menos cosas en la carrera que espero poder aprender en la primera parte, para estar listo en la segunda. Iré, sin duda, de menos a más. O eso espero. Desde el mes pasado, hice todo lo que pude, creo que he hecho todo lo mejor que he podido”, explica el asturiano en uno de los corrillos.

"En las rectas tienes que mantener una mínima presión del volante, se siente de manera no natural, cómo rota el coche dentro de la curva por cómo están los reglajes. Y, por supuesto, la dificultad de rodar a 350 km/h con monoplazas a los lados y por delante es enorme y peligrosa. No sientes el coche igual cuando vas a dos o cuando vas a cuatro segundos de otro, hay diferentes turbulencias y diferentes reglajes en el coche. De ocho a diez de la mañana, he estado en el simulador todos los días, y de 12 a seis en el coche, todos los días. Luego, de seis a ocho con los ingenieros, así dos semanas seguidas, no hay nada fácil en lo que estamos haciendo”, relata excitado. “Todavía no hay emociones, hasta el lunes no me permito tenerlas. Estás concentrado trabajando con el equipo, esta mañana en el simulador intentando diferentes cosas, diferentes puestas a punto, intentando poner cosas lo más cercanas al coche de verdad. La mente está tan concentrada en la carrera que no hay espacio para las emociones por ahora”.

LA FALTA DE EXPERIENCIA

Todo el mundo en Indianápolis habla de una carrera abierta, con un puñado de seis pilotos con muchas posibilidades y con Alonso como favorito de las casas de apuestas. “Es una carrera impredecible. Pilotos que quizás salen en la 24ª posición pueden liderar la carrera en quince vueltas, esto es lo bueno de esta carrera, que todos tenemos posibilidades. Aunque yo tengo menores opciones que los grandes porque me falta esa experiencia, pero si tengo la oportunidad, iré a por ella e intentaré compensar la falta de experiencia con una gran motivación y espíritu de lucha, y mucho respeto para los demás pilotos y la carrera. Si apuestan su dinero por mí, intentaré compensarles y que estén contentos”, reflexiona el asturiano.

“No tengo un plan para el comienzo de la carrera”, continuó el piloto español. "En la F-1 juegas tus cartas en las primeras dos curvas porque las posiciones se definen ya después. Aquí es muy diferente, no puedo decir que vaya a ir con seguridad al principio, porque el resto se puede aprovechar. Necesito mantener la mente abierta a lo que pueda ocurrir. Si puedo estar en un grupo cómodo, estaré contento; si voy para atrás, estaré tranquilo para ser competitivo después; y si lo soy al principio, no levantaré el pie para no perder posiciones. La carrera te pondrá en la posición que mereces, así que veremos qué pasa”.

UNA GRAN AVENTURA

La sonrisa y esa chispa en la mirada ha vuelto al rostro de Alonso tres años después. “Siempre tengo ilusión, cada fin de semana estoy detrás de un volante: un Fórmula 1, un kart, un coche, lo que sea. Estas últimas tres semanas he estado continuamente detrás de un volante, conduciendo, que es lo que más me gusta hacer. Me lo estoy pasando bien, es divertido, y he venido a una especialidad totalmente diferente, que son los óvalos, con un coche totalmente diferente, contra los mejores pilotos del mundo en óvalos. Y sentirte competitivo y luchar por la primera posición de salida te hace sentirte orgulloso y contento, sorprendido a la vez, pero con ganas de que llegue la carrera. Pero, por ahora, misión cumplida en esta aventura. En un sitio nuevo, sin subirme antes al coche, poder competir contra los mejores… Me da mucha alegría”.