El único sitio en el que se verán las caras el Córdoba y su expresidente, Alejandro González, será ante un juez en caso de que éste último decida interponer la demanda correspondiente, ya que ayer, en el Centro de Mediación, Arbitraje y Conciliación de Córdoba no llegó a un acuerdo con la entidad blanquiverde.

Alejandro González interpuso el pasado 15 de febrero una demanda contra el Córdoba CF por despido improcedente, tal y como informó este periódico, cuyo acto de conciliación se celebró ayer a primera hora de la mañana y que apenas duró cinco minutos. En la papeleta de conciliación, el que fuera presidente del club -entronizado por su padre y entonces máximo accionista de la entidad, Carlos González- reclama unas cantidades en base al período en el que desempeñó oficialmente la labor de coordinador del fútbol base del Córdoba CF. González hijo, cuyo sueldo mensual estaba estipulado en 4.020 euros al mes, entiende que trabajaba desde el 14 de octubre del 2014 en dicha parcela del club y que a partir del 23 de diciembre del 2016, cuando fue nombrado presidente, «compaginaba ambas labores», según se señala en la reclamación interpuesta a la entidad blanquiverde.

González hijo entiende que el Córdoba le ha despedido sin ningún motivo ni preceptiva comunicación, a pesar de que el 19 de enero pasado, con la toma de posesión de Jesús León como nuevo presidente tras adquirir éste el paquete mayoritario de acciones, él mismo presentó su renuncia como máximo dirigente del Córdoba. Por su parte, la entidad blanquiverde, siempre en un tono de absoluta tranquilidad -ya que no parece darle excesivo recorrido legal-, ha mantenido como postura oficial no realizar ningún tipo de valoración ni manifestación sobre la demanda de Alejandro González.

El club estuvo representado por los letrados Francisco Pérez y Teo Brea, que apenas mantuvieron un intercambio de pareceres de cinco minutos con la procuradora que representó a Alejandro González. El expresidente tiene señalada en la papeleta de conciliación tanto la reclamación de cantidades que pudieran ser susceptibles de ser exigidas como la readmisión en la empresa que, según él, le despidió de manera improcedente. El segundo supuesto no va a ocurrir, según pudo saber este periódico, mientras que el primero puede ser variable en función del finiquito o de otras cantidades que González hijo entienda que debe recibir. No están claras, en cualquier caso, pero en base a esos 4.020 euros mensuales y los 45 días por año trabajado por despido improcedente que se estipulan, multiplicados por los tres años y tres meses que él se arroga como «coordinador del fútbol base», la cantidad inicial podría rondar los 25.000 euros, aparte de la indemnización que reclamase el expresidente.