Han pasado jugadores, entrenadores, técnicos, etcétera pero si hay un club que sabe adaptarse al medio, que tiene capacidad camaleónica, que sabe jugar su liga, que es duro de pelar y tiene muy claro cuál es su objetivo y cómo conseguirlo ese es el Levante. Para ello, destacar el buen saber del tipo de mercado al que debe acudir y sacar provecho y para ello Manolo Salvador tiene muy claro cuáles son sus necesidades, limitaciones y perfil de jugador que interesa.

A pesar de ser el conjunto con más goles encajados, es un equipo difícil de roer y que compite al máximo de sus posibilidades. Encontramos defendiendo su marco a Mariño, quien tuvo que esperar su momento tras iniciar el campeonato Jesús como titular. Una línea de cuatro, que por necesidades puede tener alguna modificación y sumar un elemento más, donde podemos encontrar a Iván López, Ramís, Juanfran y Toño. Línea con juventud, ganas, recorrido profundo en los laterales y experiencia y contundencia en los centrales. Es su línea medular la que ha sufrido más variaciones a lo largo de la temporada, pero el perfil de sus componentes no varía. Así, de mediocentros podemos encontrar a jugadores como Diop, Simao Mate, Sissoko, el joven Camarasa o José Mari, ex del Zaragoza. Los tres primeros, jugadores experimentados donde destacan más por su fuerza y músculo a la vez que por su trabajo, y quizás los dos nacionales sean hombres con más juego y pausa con el balón. En las bandas tiene jugadores de trabajo y velocidad. Quizás sea su línea de avanzados (con no solo misión de puntas, sino de partir desde algo más atrás) donde podamos ver regularidad en las alineaciones y su participación. Tanto Barral, máximo artillero del equipo, como Víctor son los hombres con más minutos y protagonismo. Dos clásicos --junto a Kalu Uche-- que se reparten 20 goles de los 30 que tiene a favor el conjunto granota. En definitiva, un Levante no solo muy del estilo de Lucas sino muy del estilo Levante: luchador y que sabe sobrevivir históricamente a todos los avatares.

Chico, zurda de calidad, nos da su visión de este encuentro por vía telefónica y con sentimiento positivo y realista: "Míster, como siempre, los buenos toreros torean en todas las plazas, esta es una más y que debe servir de buen ejemplo. ¡Hay que salir!".

ORGANIZACIÓN DEFENSIVA

Apuesta este Levante por tratar de ser sólido y para ello y a pesar de lo encajado intenta partido tras partido buscar esa solidez y no abandonarse ni hacer experimentos, algo de alabar. Para ello, todos sus componentes de campo tratan de ser solidarios y muy trabajadores, presión en zonas altas tras pérdida o robo y si no, rápido repliegue a su mediocampo para formar bloque y estrechar los espacios. Es fundamental la seguridad que deben dar sus centrales, ya experimentados, Ramis y Juanfran y su medio centro, Simao Mate, quien da equilibrio y aporta físico --o Camarasa-Jose Mari-- y el retorno de sus laterales, tanto Iván como Toño, este con algo más llegada y cierto desajuste en esa banda. Sus extremos también son sacrificados y con buen balance defensivo en general y su labor en el repliegue es fundamental, aunque les pase factura avanzado el partido por el enorme esfuerzo realizado: ahí están Morales y Xumetra por derecha como Rubén e Ivanschitz por la izquierda, a lo que hay que sumar el trabajo como primera línea de presión de sus avanzados.

ORGANIZACIÓN OFENSIVA

No es este Levante un primor en la elaboración y creación de juego pero sí es un equipo que exprime al máximo sus recursos y posibilidades en ataque: verticalidad, velocidad y finalizar las llegadas son sus principales armas. Es un equipo que trata de no correr peligro alguno en el inicio y gusta más de mantener el balón lo más lejos posible de su meta o el robo y salida, Mariño, buen golpeador y buenos pies, sirve de apoyo; sus centrales, Ramis, Juanfran o Navarro tratan de jugar simple e incluso saltar líneas con golpeos para segunda jugada. Es en la zona de medios donde de jugar Camarasa o José Mari aparece algo más la posesión, la calidad en forma de velocidad y desborde por fuera con Morales, Xumetra o Rubén, más la incorporación de sus laterales y la aparición entre líneas de Uche, Víctor o Barral, los tres jugadores que capitalizan el liderazgo y esperanza en este equipo, para de esta manera canalizar por fuera y llegar a zona de remate con llegada de hasta cuatro y cinco hombres dentro de área. Sencillo, simple, pero de fútbol son sus argumentos.