Seguir intentando cambiar todo para continuar igual. Hablar de este Córdoba se está convirtiendo en una triste y dolorosa rutina, no ya porque no hay más cera que la que arde --eso, de por sí, ya indignaría---, sino porque los que están dentro lo están probando todo con lo que tienen: desde el entrenador hasta el último chaval del filial. Ojo, con sus errores, que por supuesto no hay que olvidar. Pero aspirar a un ascenso o a mandar en la tabla teniendo lo justo y confiando en que todo, absolutamente todo salga perfecto... Es, cuanto menos, temerario. Aunque bien es cierto que siempre se podrá señalar que la responsabilidad es del empedrado, del árbitro, del ambiente, de los aficionados, de la mala suerte o del entrenador, una figura que no es infalible, por mucho que en épocas de ficticia bonanza se le encumbre interesadamente al endiosamiento. Y ya se sabe que, en la decepción, en el decreimiento, en el ateísmo reencontrado, el primero que va a la hoguera es el falso Dios. A veces, incluso, el real también. Hay cosas que son, simplemente, cuestión de tiempo.

Sabedor de su verdad terrenal, Oltra lleva más de tres meses buscando soluciones a lo que difícilmente las tiene. La suerte, para él y para su equipo, es que esta Segunda pasa por ser la más floja que se recuerda, más incluso que aquella del año del ascenso blanquiverde, lo que le da opciones a buscar soluciones. El valenciano empleó ayer el sexto esquema en los últimos tres meses, cuando en los tres primeros aquel 1-4-4-2 y su ausencia de fútbol era venerado por no pocos creyentes como única verdad auténtica. La ausencia de fútbol, las dudas físicas que transmitía el equipo desde noviembre y la inexistente galería de recursos en la plantilla obligaron al técnico hasta el punto de que ayer planteó un 1-4-1-4-1 en Soria, con Luso por delante de la defensa y Eddy y Caballero por delante del maño, lo que obliga a sentar a Xisco, en una intención que tenía pinta de cubrirse ante la ausencia de Florin el próximo domingo.

FUNCIONA LOS PRIMEROS 30 MINUTOS

Le funcionó al Córdoba el planteamiento casi media hora, a pesar de no estar Fidel a estas alturas como un hombre de profundidad; tampoco Pedro Ríos, aunque encontró en Caballero a la mejor expresión para que el dibujo funcionara aparentemente. Les costó a los blanquiverdes, pero a los 20 minutos de partido ya tenían éste más o menos controlado ante un Numancia que no lograba mantener la posesión y que apenas llegó en un par de ocasiones, sin peligro. El Córdoba tocaba como no se recordaba este año. Puede que sin excesiva profundidad, pero sí con criterio. De ahí que el gol sólo pudo llegar como lo hizo: falta al borde del área para la estrategia, Fidel abrió a Pedro Ríos y el centro de éste tocó en Luis Valcarce para despistar a Munir.

En cualquier caso, y al filo del descanso, se podía afirmar que los visitantes habían hecho más por el partido que los locales. Sin embargo, volvió a salir uno de los grandes lunares de este equipo: la defensa, cuyo 50% estaba completado ayer por dos jugadores del filial, Bijimine y Abel Moreno ante la ausencia de alternativas en la primera plantilla. Casi la única jugada hilvanada de los rojillos terminó con un centro de Luis Valcarce que provocó el decimoquinto error de gol de Deivid en esta temporada para que David Concha, con la puntera y dentro del área, restableciera la igualdad en el marcador.

CAMBIO DE COLOR

Puede que el factor sorpresa de la puesta en escena desapareciera, quizás Arrasate estuvo más hábil tras el descanso o puede que Caballero sólo esté en condiciones de dar fútbol durante un tiempo, pero el caso es que el segundo acto fue rojillo.

El Numancia tuvo más el balón en esa segunda mitad, bien es verdad que en la mayoría de los momentos adoleciendo de la misma falta de profundidad del Córdoba en la primera, pero el equipo blanquiverde volvió a mostrar que iba empequeñeciéndose por instantes, lo que dio lugar a que Arrasate fuera introduciendo hombres con la intención de buscar precisamente ese daño en el área.

No lo consiguió durante media hora insulsa, de pelea, de pasito atrás blanquiverde cada cinco minutos, de falta de último pase numantino y de pelea y más pelea. Pero el último cuarto de hora el Córdoba se dio de bruces con la realidad y olvidó todo. De hecho, Oltra metió dos de sus tres cambios en el minuto 82 (Xisco por Eddy) y en el descuento (De Tomás por Andone), en un claro mensaje de que "esto es lo que hay porque esto es lo que tengo".

En esos últimos 15 minutos Vicente se topó con Razak, Dalmau entró solo en el área para cruzar demasiado su disparo ante un superado portero blanquiverde y Julio Álvarez hizo de sí mismo. Primero, lanzando un golpe franco desde el borde del área tras falta de Fidel que encontró una gran respuestra por parte de Razak. Y en el consiguiente saque de esquina, colocó un balón cerradísimo al que ninguno de los que fueron al primer palo (incluido el ghanés) lograron cortar. Dalmau, solo en la línea de gol, no conectó con el balón bien para empujarlo a la red, perdonando así la tendencia de este Córdoba con los finales de los encuentros que, ya se sabe, no se pueden entrenar.

El Córdoba se dedicó la última media hora a perder tiempo para arrancar un puntito que, gracias a la mediocridad de la Liga le mantiene ahí, aunque su disposición dejó a las claras que es consciente de su casi vacía realidad: física y futbolística. Y la acepta.

Ficha técnica:

1 - Numancia: Munir; Unai Medina, Orfila, Callens, Luis Valcárce; Antonio Martínez (Aquino, min. 75), Iñigo Pérez, Marc Mateu, Julio Álvarez, David Concha (Vicente, min. 66) Vicente; Alex Alegría (Dalmau, min. 75).

1- Córdoba: Razak; Stankevicius, Jonathan, Abel, Deivid; Luso; Pedro Ríos, Eddy Silvestre (Xisco, min. 82), Carlos Caballero, Fidel; Florin (De Tomás, min. 91).

Goles: 0-1, m.26: Pedro Ríos; 1-1, m.43: David Concha.

Árbitro: Eiriz Mate (Comité gallego). Enseñó cartulina amarilla a los locales Callens y Orfila y a los visitantes Florin, Razak y Nando.

Incidencias: Partido correspondiente a la trigésima jornada. 2.737 aficionados en las gradas. Se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del accidente de autobús ocurrido hoy en Tarragona.