Vías alternativas para lograr la permanencia en Primera División. El Córdoba encuentra en los despachos un nuevo clavo ardiendo al que agarrarse para evitar el descenso a la categoría de plata. En la asamblea extraordinaria de la Liga de Fútbol Profesional, celebrada ayer en Cornellá, la patronal dio a conocer que hay hasta 47 expedientes abiertos entre disciplinarios y por control económico entre los clubs de Primera y Segunda. Las sanciones previstas para estos casos abarcan desde una multa más o menos cuantiosa --dependiendo de la infracción-- hasta el descenso administrativo y es ahí donde el Córdoba, que no está metido en ninguno de estos expedientes, vuelve a hacer cábalas para salvarse.

Si bien en la asamblea no se ha decidido nada nuevo y la plaza del descendido en los despachos se seguirá cubriendo como hasta ahora (ofreciéndosela al mejor clasificado), el hecho de que se vuelva a votar el protocolo a seguir es llamativo porque la llamada al consenso de la patronal hace pensar que al final de la presente temporada sí que se van a producir descensos administrativos.

CASO PEDRO LEON Uno de los clubs con expedientes abiertos (en plural) es el Getafe. El club azulino está incumpliendo el control económico de la LFP y los demás lo están cumpliendo, con lo que la entidad dirigida por Angel Torres cuenta con cierta ventaja si bien no contra los otros 19, sí contra los conjuntos de abajo. Además, tiene expediente abierto por haberse excedido en el coste de plantilla. Hay que esperar a ver qué pasa en los tribunales.

AMAÑOS Además de los impagos, el Córdoba mira también de reojo a las decisiones que se puedan adoptar en el supuesto amaño de partidos y, en este sentido, en la asamblea de la patronal se dejó entrever que hay más equipos involucrados y no solo el caso del Osasuna, que ayer se trató como punto del día con más partidos a investigar. De hecho, ayer Uche y Paredes, exjugadores del Zaragoza, tuvieron que declarar ante la jueza por el presunto amaño del partido ante el Levante de la temporada pasada.

En este sentido, la afición blanquiverde no solo ha de estar pendiente de los expedientes administrativos abiertos a entidades de Primera, porque los amaños de partidos podrían afectar, supuestamente y según informaciones públicas, al Real Betis Balompié. Un descenso administrativo realmente es un club que asciende y que posteriormente pierde la categoría. La plaza la ocuparía el mejor clasificado de Primera, con lo que los de Romero tienen que ascender plazas.