Los corredores de la segunda edición del Desafío Córdoba-Roma encaran la recta final de la exigente prueba. Tras correr ayer un total de 258 kilómetros en tres tramos:desde Castellón hasta Amposta, donde se produjo el primer relevo hasta El Prat de Llobregat, localidad en la que se produjo el último relevo hasta Girona, donde los participantes pasaron la noche en la base militar de San Clemente. Desde la organización destacan el buen recibimiento que han tenido en todas las bases del Ejército, así como la expectación que despierta en las poblaciones de las localidades donde tienen lugar los relevos.

En una prueba tan exigente, los líderes de cada grupo juegan un papel importante tanto a nivel físico, pero sobre todo a nivel psicológico para encarar la segunda mitad de la prueba. Ante este reto, los corredores se encuentran en buen estado físico antes de concurrir por nuevos países, con diferentes carreteras e infraestructuras. En la jornada de hoy, los participantes arrancarán en la ciudad de la Costa Brava hasta Perpignan --ya en el país galo--, allí tendrá lugar el primer relevo hasta Narbonne, donde tendrá lugar el último relevo hasta Montpellier, donde concluirá una etapa de 257 kilómetros.