Comenzó con brío el Córdoba de Pablo Villa, que sumo siete puntos en las tres primeras jornadas, con gol en el descuento ante la Ponferradina, triunfo por primera vez del primer equipo en Riazor con gol de estrategia y empate ante un Alavés que intentaba adaptarse a la categoría tras su regreso. Para volver a hacer siete puntos necesitaron los blanquiverdes el doble de jornadas, seis, con mención especial a la fortaleza mostrada en El Arcángel, que le convertirían en el mejor equipo como local al término de la primera vuelta. De hecho, ese sufrimiento que mostró en muchos partidos ante su parroquia no fue suficiente cuando actuaba lejos de Córdoba. El Eibar le devolvió la moneda con la que pagó al conjunto berciano en la primera jornada y en Jaén, tras una buena primera parte, sufrió lo indecible para sumar un punto, con penalti de Bernardo a Oscar Quesada en el minuto 90 que el colegiado no vio. En las primeras nueve jornadas, Villa sumó 14 puntos. Una de sus mejores fases.