LUGAR DE NACIMIENTO MADRID (1964).

TRAYECTORIA LICENCIADA EN BELLAS ARTES POR LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID. SU OBRA SE HALLA REPRESENTADA EN ALGUNAS INSTITUCIONES PUBLICAS. HA REALIZADO VARIAS DOCENAS DE EXPOSICIONES.

Yolanda Marchante Serra expone a partir de hoy una amplia muestra de su pintura en la galería Carlos Bermúdez hasta el próximo día 12 de enero.

-- ¿Qué ha traído a Córdoba para ver estos días en la galería Carlos Bermúdez?-- Expongo una muestra de mi obra más reciente. Una serie de cuadros pintados al óleo sobre tabla. La mayoría de ellos son paisajes, urbanos o rurales, de ciudades y provincias con encanto. Muchas de las obras están inspiradas en los maravillosos rincones andaluces, de los que en ocasiones siento beber de su luz, sobre todo cada vez que los visito. No es la primera vez que expongo en la ciudad de la Mezquita. Ya lo hice en el año 1990 y también, en el 2005. Recientemente he expuesto en Cabra.

-- El color en su pintura es protagonista. ¿Qué le motiva la utilización de unas u otras tonalidades cromáticas?-- Predominan los azules, unas veces en gamas de afines o de contraste, en otras, pero no sé muy bien por qué esta preferencia. El azul es el príncipe, el color principal, la gama que domina la tonalidad de toda mi obra. El color, para mí, tiene magia en sí mismo, aunque la física explique su razón de ser. En esencia es luz. La misma que se pierde por dentro y sale con fuerza de mi interior. No comparte el mismo mundo que la razón, como hace el lápiz cuando guía la composición y se encarga de organizar los diversos elementos del cuadro. La teoría del color la conozco bien y sólo la aplico, cuando veo que la intuición me falla en el conjunto del cuadro.

-- Sus paisajes rurales o urbanos están dominados por la ausencia de personas. ¿Qué motiva esta situación?-- No siempre. Las placitas, mi especialidad, a veces cobran vida por sí mismas, con o sin personas retratadas en ellas, porque el color se encarga de aportar dinamismo, y muchas veces no echo en falta agregar figura humana. Me interesa retratar el alma de los lugares y el ambiente.

-- ¿Qué le aporta a usted una exposición?-- El pintor no pinta solo para sí mismo. Se ahogaría en su propia creatividad. Se emborracharía, o se contemplaría en su ombligo de ególatra. No es esta mi manera de vivir la pintura. Esta, necesariamente, tiene que nacer y madurar en la intimidad y crecer como un árbol, que asoma sus ramas al exterior del estudio. Como cualquier arte, requiere de un emisor, el artista, y de un intérprete que es el público, interlocutor.

-- ¿Cómo valora, entonces, esta muestra que trae a Córdoba?-- Como de pequeño formato de pintura actual, con un cierto aire expresionista y con una gran fuerza dramática, sobre todo por el empleo de los azules, que libera a esta tonalidad de su connotación natural.

-- ¿Cuáles son los artistas a los que usted les debe algo?-- Sin duda, mi gran añorado y entrañable maestro Amadeo Roca, amigo de mi abuelo materno. Su recuerdo pintando, me sujeta a la realidad cuando mis pies tienden a despegar sin límites del lienzo. Y Antonio Guijarro, mi otro gran maestro en la etapa de la facultad, él fue quien me inculcó entonces, y con posterioridad, la libertad para aplicar el color con valentía.

-- ¿Y de los pintores actuales, a quién admira?-- Entre los paisajistas de la llamada Escuela de Madrid, destaco la sutileza en matices de grises de los paisajes de Redondela. También me gustan las delicadas gamas de color del jienense Molina Montero. Entre los abstractos me agrada la fantasía y la elegancia de Pilar Molinos. La simplicidad y armonía del gran pintor granadino Juan Manuel Brazán. Las gamas cromáticas y la elegancia del malagueño Enrique Brinkmann y el agradable juego de texturas de Carmelo Trenado.

-- ¿Por qué insiste en pintar?-- Pinto porque lo necesito. Son mis alas para soñar. La realidad es a veces demasiado dura y la pintura me aleja por momentos en un estado de ingravidez. No concibo la vida si me retiro de la ventana del lienzo o el pincel de mi mano.