Pepe Morales nace en Palma del Río, pero muy pronto se traslada a Sevilla con su familia y allí inicia sus estudios artísticos y comienza a dar rienda suelta a sus inquietudes. Su primera muestra individual llega en el año 1956, en el sevillano Club La Rábida, donde expone las pinturas realizadas en un viaje al norte. Un año después, marcha a Inglaterra a ampliar estudios y allí contacta con exiliados españoles, lo que supondrá su toma de conciencia política, una constante que le acompañará desde entonces y que dejará su influjo en su expresión artística. Vuelve a Sevilla en 1958, realizando en el Ateneo una rupturista exposición que produce opiniones encontradas en la crítica.

Al inicio de la década de los 60, Morales se traslada a Córdoba, integrándose a través de Francisco Aguilera Amate en los círculos artísticos e intelectuales de la ciudad. Hasta 1964 sigue el estilo de abstracción y collage que inició a finales de los 50, y comienza sus series de escultopinturas. A partir de 1965 su obra gira hacia el realismo social. El final de los 70 supone el fin de la época negra, iniciado una etapa luminosa. El fallecimiento de su hija Raquel en 1987 supone un nuevo cambio en la obra de Morales, y durante los 90 sus exposiciones son constantes, introduciéndose después en la escultura. Con el nuevo milenio, llegaron los reconocimientos.