Feliz, nervioso, y arropado por su familia y muchos amigos y artistas, así como respaldado por la alcaldesa, Isabel Ambrosio, y otras autoridades de la ciudad. Así presentó ayer Vicente Amigo en el Centro de Visitantes, junto a la Mezquita Catedral, el que es ya su octavo álbum, Memoria de los sentidos, que salió a la calle el pasado 24 de febrero y ya suena por todas partes. Desde Fosforito a Paco Peña, Merengue, El Queco, Rafael de Utrera o Arcángel a amigos como Pablo Carbonell, Andrés Calamaro, Luis Cobos o Finito de Córdoba, todos quisieron estar con Vicente Amigo ayer en este acto en el que se hizo «un recorrido por la memoria y los sentidos» del guitarrista, de la mano del crítico flamenco Alberto García Reyes, que calificó el disco como «una revolución silenciosa».

Antes de comenzar el acto, el guitarrista confesó que lo que más le ha costado de este disco, en el que ha estado inmerso los últimos cuatro años, ha sido «buscarse y encontrar algo nuevo en el espejo en el que nos miramos, pues es muy difícil sacar algo nuevo de la cara de tu alma». En el último tema del álbum, el artista rinde homenaje a Paco de Lucía que, para Amigo, «trata de ser una invitación a todos los amantes del flamenco, a cantarles, a llorarles, a través de una melodía y una letra». De su gira para presentar el disco dijo estar «ilusionado en hacer bien las cosas, mi ilusión es dar lo mejor a los demás, y en ese camino estamos ahora».

Vicente Amigo admitió que aún no tiene fecha para la presentación ante los cordobeses de Memoria de los sentidos, quizá en el Festival de la Guitarra, «pero de cualquier manera voy a poner mi corazón como siempre» en ello.

En este trabajo discográfico, Vicente Amigo reúne a un destacado elenco de artistas flamencos de primera fila, para brindar nueve canciones con las que se dice que vuelve al flamenco más puro. Potito, El Pele, Miguel Poveda… Seis de esas colaboraciones son vocales, a las que se une Farruquito con su baile y zapateao en Puente de los orfebres. A todos dedicó ayer el artista unas palabras, a los que estuvieron presentes y a los que no. A Merengue, «mi maestro, por haberme inculcado este mundo apasionante de la guitarra»; a Paco Peña, «al que habría que hacerle un monumento por lo que ha hecho por Córdoba»; a Calamaro: «Gracias por tu música y tu pensamiento»; a Pablo Carbonell: «Gracias por el humor al arte»; A Finito, «mi amigo, que me hizo acercarme a su mundo del toreo», al maestro Arcángel, al Pele, al Potito....

Tras estas palabras emocionadas y el vídeo de presentación con la primera canción del disco, Amoralí, el público se puso de pie para aplaudirle. La alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, cerró el acto admitiendo que era «como una gran fiesta en la que puedes sentirte cómodo» al estar rodeado de artistas, instituciones y familia. Ambrosio reconoció al guitarrista la labor que realiza para llevar a Córdoba por bandera. «Simboliza esta ciudad como pocos, con su cabeza, sus manos, su corazón, escenifica esta ciudad a través del flamenco», dijo la alcaldesa, que le agradeció su «generosidad sin límites» y su «complicidad». Con respecto al nuevo disco, la alcaldesa aseguró que «el mundo del flamenco estaba esperando Memoria de los sentidos, que vuelve al lugar del que nunca ha querido salir Vicente, ese flamenco en estado puro al que él pertenece».

Alberto García Reyes concluyó su exposición diciendo que este álbum de Amigo «es un disco en el que nada está tocado tradicionalmente y todo suena a lo que tiene que sonar» y está hecho de «vivencias imaginadas».