Miguel G. García-Revillo es un profesor de derecho internacional de la UCO y cineasta valiente, pues ya lo demostró cuando se embarcó hace un tiempo en su primer largometraje documental ('Melodías de ciudad'), que presentó en Filmoteca, llenando sala y convocando a gran parte del panorama de la música actual de la ciudad. El pasado jueves, García-Revillo volvía a exponer al público un nuevo producto audiovisual como regalo a su ciudad, llenando dos salas de Cinesur El Tablero, en este caso --según cuenta él mismo en su documental, narrado en primerísima persona--, invitado por el equipo médico y, más concretamente, por el doctor Laborda, con el objetivo de realizar una crónica de las vivencias durante una de las misiones donde estos sanitarios y cooperantes tratan a un buen número de nativos con problemas, sobre todo oculares, en países donde una operación de cataratas o cualquier tratamiento oftalmológico llega a ser algo sencillamente imposible sin la presencia de estos héroes vestidos de verde.

'El viaje de Caín' arranca con la prehistoria de los preparativos que este profesor ha de improvisar para hacer un paréntesis en sus tareas cotidianas, pero la crónica del día a día se alterna con gran material informativo y divulgativo donde conocemos datos y reflexiones acerca de ese mundo, el calificado como tercero, hacia donde se dirige este personal humano con las mejores intenciones. Indudablemente, el carácter docente del realizador se nota cuando expone su discurso.

Una vez con la cámara en el destino, Tanzania, el espectador puede asistir a las consultas e incluso operaciones, a la vez que descripciones paisajísticas y ambientales del lugar durante los desplazamientos del equipo, ilustrados musicalmente por una banda sonora de lo más ecléctico y efectiva. Y todo hecho por una sola persona: guión, producción, locución, realización, fotografía, sonido y montaje. Con las mejores intenciones.