El aristocrático Papa Pío XII no incurría en frivolidades como ir al cine. Pero hizo una excepción cuando el embajador de España ante la Santa Sede, José de Yanguas, le solicitó un favor: proyectarle, si no toda al menos un tráiler, una película muy especial, Raza. Este pase privado, y el beneplácito del Pontífice a la epopeya patriótica escrita por un Francisco Franco camuflado bajo el pseudónimo de Jaime de Andrade, es una de las revelaciones que contiene una caja del Archivo de Salamanca y un legajo del Ministerio de Exteriores explorados por el historiador Magí Crusells, secretario del Centro de Investigaciones Film-Historia de la Universidad de Barcelona. El 6 de mayo de 1942 casi seis años después del inicio de la guerra civil, la embajada española proyectó Raza en una sala de actos de la Compañía de Jesús, ante el cuerpo diplomático del Eje, cinco cardenales, varios dignatarios vaticanos y los superiores y generales de las principales órdenes religiosas: jesuitas, dominicos, trinitarios, agustinos y franciscanos. Esta proyección, a la que siguió una crítica positiva de L´Osservatore Romano, ya era conocida por investigadores que se habían adentrado en la intrahistoria de la superproducción del primer franquismo, como Romà Gubern. Pero la carta localizada por Crusells en los archivos de Exteriores explica el porqué de tanta atención (por otra parte, lógica cuando el Papa Pío XII había acogido la victoria de Franco con el mensaje radiofónico Con inmenso gozo). En un pase previo el Pontífice, explicó el embajador, ±quedó altamente complacido por el alto espíritu que la informa, a pesar de que solo presenció las escenas de más alta emoción religiosaO. Eso sí, Pío XII expresó "su deseo que no se le dé publicidad por tratarse de un caso excepcional".

EL DOSSIER RAZA Este episodio vaticano, recogido en un capítulo del libro colectivo Vidas de cine. El biopic como género cinematográfico, es solo una parte de la información extraída por Crusells. En el archivo español se pueden seguir los rastros de la actividad del Gobierno español para lograr un eco internacional a la película, y la caja extraviada en Salamanca sobre la película contiene infinidad de información recopilada por el almirante Jesús Fontán, ayudante de Franco y puesto al frente de la Sección Cinematográfica del Consejo de la Hispanidad para hacer realidad el capricho del dictador. Traducida como Blutzeugen (Mártires), Raza se proyectó en 1944 en 218 cines alemanes.