El autor cordobés Francisco Jiménez Valverde ha escrito una treintena de cuentos infantiles sobre temas ambientales. En la última década ha logrado vender más de medio millón de historias infantiles, traducidas a varios idiomas, con las que ha conseguido cautivar a los más pequeños de la casa. También ha publicado tres novelas.

-¿Cómo surge su afición por la escritura?

-Siempre he pensado que las palabras escritas traicionan los sentimientos. También los recuerdos. Me siento bien en esa traición. Escribiendo puedo hacer que las cosas sean tal como me hubiera gustado que sucedieran. Cuando descubrí eso comencé a escribir. Era divertido.

-¿Cuál es el estilo en el que se siente más a gusto?

-Me siento cómodo en las distancias cortas. Solazándome, en una conversación íntima entre el contador de cosas y el lector, me siento muy a gusto. Egoístamente feliz. Supongo que la narrativa pseudobiográfica es mi estilo, aunque no sé si es un estilo siquiera.

-¿Qué temáticas son las que trata en sus obras y por qué?

-El amor y la mujer. No hay nada más emocionante en el universo. En torno a esos dos temas escribo y vivo. No por ese orden.

-¿Cuál es su último trabajo?

-Diario de un romántico optimista.

-¿De qué trata?

-Es una historia un poco disparatada contada por un personaje del que todos, aunque tratemos de disimularlo, tenemos un poco. Ya le digo, aunque tratemos de disimularlo...

-¿Me explica qué trata de transmitir con estas obras?

-No lo sé. Trato de contar cosas que he vivido o que he soñado que he vivido. Si lo que yo cuento despierta alguna sensación en quien me lee, supongo que habré transmitido algo, si no pues todo lo contrario. Es una ecuación bastante fácil.

-¿Qué tipo de reconocimientos ha recibido a lo largo de su carrera literaria?

-Supongo que el mayor reconocimiento en mi vida literaria y también profesional es haber colaborado un poquito en que más de medio millón de niños se hayan interesado por el medio ambiente.

-¿Qué nuevo proyecto está preparando?, ¿Nos puede adelantar un poquito?

-Hay momentos para escribir y otros para vivir. Yo estoy en los momentos segundos. Recreándome en no escribir nada, empapándome de lo que otros: personas, ciudades, monumentos y paisajes me cuentan. Últimamente las piedras me hablan mucho del año 1808, cuando los franceses saquearon Córdoba.

-¿Qué mensaje lanza a los lectores de Diario CÓRDOBA acerca de la importancia de la lectura?

-Pocas cosas hay tan mágicas como la lectura de un libro que nos atrapa. El cine, el teatro, la televisión nos muestra historias donde los directores han decidido el aspecto de los personajes, su vestuario, sus gestos y silencios. El más mínimo detalle lo deciden ellos y su equipo de trabajo. Leyendo, no. Somos nosotros los que decidimos todo lo anterior. Cada lector imagina el personaje. Le da vida. La misma historia es una historia diferente en cada persona que la lee. Lo dicho, es pura magia. Nadie debería perdérsela. H