Tras el brillante cierre de la competición de Cannes con Elle, de Paul Verhoeven, y Forushande, de Asghar Farhadi, ya solo queda por saber quién se llevará hoy la Palma de Oro y las favoritas son la alemana Toni Erdmann y la estadounidense Paterson.

El agridulce retrato de las relaciones entre un padre y su hija que cuenta la alemana Maren Ade se situó desde su proyección como la favorita de esta 69 edición del festival y, de cumplirse los pronósticos, sería la segunda mujer en la historia de Cannes en hacerse con la Palma, que solo tiene la neozelandesa Jane Campion, por El piano (1993). Pero también ha suscitado unanimidad la poesía cinematográfica de Jim Jarmusch en Paterson, una película en la que la cámara deja pasar la vida de una pareja delante de su lente, sin tomar partido.

Junto a esos dos títulos, Bacalaureat, la historia social y moral del rumano Cristian Mungiu, es otra de las películas más nombradas a pocas horas de que el jurado presidido por George Miller anuncie el palmarés. Y en el último momento se ha unido a las favoritas la inteligente y polémica Elle, con la que el veterano Paul Verhoeven cerró ayer la proyección de las 21 películas incluidas en la competición oficial.

Pero la decisión corresponde a un jurado y las especulaciones casi nunca aciertan en un festival en el que suele haber más de una sorpresa en el palmarés. En ese sorteo de premios podrían entrar el canadiense Xavier Dolan, con Juste la fin du monde, una película opresiva que ha gustado tanto como ha dividido, o la segunda rumana en liza, Sieranevada, de Cristi Puiu, una historia familiar que retrata la sociedad actual.

También se espera algún premio para el realismo de Farhadi, que ha vuelto a demostrar con Forushande su certera forma de retratar la vida cotidiana en su Irán natal, con una veracidad que desborda la pantalla.

La española Julieta, de Pedro Almodóvar, aparece en las quinielas pero principalmente por la deuda moral que el festival tiene con uno de sus cineastas preferidos, pero al que nunca ha dado una Palma de Oro. Mientras que para la brasileña Aquarius, de Kleber Mendonça Filho, sus mejores opciones están en su fantástica protagonista, Sonia Braga.

El problema para Braga es que en esta edición los mejores papeles y las mejores interpretaciones han sido las de las mujeres, así que tendrá una fuerte competencia con la francesa Isabelle Huppert, por Elle; la británica Hayley Squires, protagonista de I, Daniel Blake, de Ken Loach, o la alemana Sandra Hüller, protagonista de Toni Erdmann.

En el lado masculino hay menos actuaciones destacadas, pero han brillado Adam Driver, como el conductor de autobús y poeta de Paterson; Adrian Titieni, el padre desesperado de la película de Mungiu, o Gaspar Ulliel, el hijo pródigo que vuelve a casa en Juste la fin du monde.

Pero hay muchas más opciones en una edición dominada por las historias femeninas, los realizadores consagrados y el clasicismo en la mayoría de las películas presentadas. Ese clasicismo reduce las posibilidades de premio para Loving, de Jeff Nichols -aunque no se puede descartar que el jurado reconozca a su protagonista, Joel Edgerton- o para la preciosa Mademoiselle, del coreano Park Chan-Wook. Y han quedado olvidados títulos como Ma Loute, de Bruno Dumont, y Mal de pierres, de Nicole García.