Yo quiero ser costalero de san Jesús de la Rosa sin espinas», recitaba Joaquín Sabina en el poema que compuso sobre la marcha para el disco homenaje a Triana grabado hace años, un verso que resuena en el film que este fin de semana ha llegado a los cines y que, como este, constata la devoción remanente por la mítica banda. Bajo el título Todo es de color, Gonzalo García-Pelayo, el que fuera productor de su primer álbum (El patio, de 1975), dirige una película diferente, un viaje lisérgico en el que se mezclan humor y formas del documental con el gusto por la lírica afectada y solemne de Triana.

En los primeros planos emerge el cementerio de Villaviciosa de Odón (Madrid), donde reposan los restos del vocalista Jesús de la Rosa y del batería Juan José Palacios Tele, en cuya lápida, que le recuerda sencillamente como Tele de Triana, quedó grabada parte de la letra del tema Necesito: «Necesito agarrarme a la cola del viento para volar».

Bajo la consigna de que «la libertad no es el destino, es un camino», se desarrolla la hora y media de metraje, construido como una road movie que acompaña a la caravana de moteros acólitos de Triana desde Madrid hasta Caños de Meca (Cádiz), donde se celebra un festival en honor de la banda. A ellos se une en un forzado viaje de descubrimiento personal el personaje de la actriz Natalia Rodríguez (Amar es para siempre), representación de las jóvenes generaciones que nacieron tras la muerte de De la Rosa en 1983, con Triana convertida ya en un símbolo de la vanguardia y del rock progresivo español.

«Ellos hacían lo que les daba la gana, sin pensar en lo que le iba a llegar a la gente, pero les llegaba», reivindican los personajes, al frente de los que se sitúa «el pirata» Javier García-Pelayo, descubridor y mánager de Triana, «de casi todo el rock andaluz», afirman.

La película incorpora otros rostros conocidos, como los del actor Alfonso Sánchez (Ocho Apellidos) y el cómico Jorge Cadaval, y los de los músicos Raimundo Amador, Gualberto y Ricardo Miño, así como el de Eduardo Rodríguez Roadway, guitarrista de Triana y único miembro vivo.

Los molinos de La Mancha y las calles y bares de Sevilla donde nació la banda constituyen algunas de las paradas de esta peculiar troupe, bajo el influjo de temas míticos como Sombra y luz, Todo es de color y, claro, Tu frialdad.

Realidad y fantasía se alternan así en esta producción que incluye fragmentos dramatizados, armados en gran parte desde la exageración, con un lenguaje hinchado, tan solemne y adornado como la propia música de Triana, que por momentos hacen de este trabajo una oración solo apta los feligreses de su culto musical.