Después de tres ensayos sobre relaciones de pareja y tres novelas sobre secretos familiares situadas en contextos históricos diversos, Teresa Viejo quería salir de su zona de confort y escribir algo a pecho descubierto. En esta búsqueda por innovar se topó con la infidelidad (ella no, su personaje Abigail, que descubre que su marido no es quien creía que era). Una historia que suena a tópico, pero la conocida presentadora de televisión defiende como universal. Emociones cruzadas y escenas tórridas entre personajes arquetípicos que tienen lugar en un Madrid costumbrista, en el que Viejo dice sentirse cómoda. Animales domésticos (Ediciones B) es un thriller psicológico plagado de desengaños (que a veces llevan a la superación) y que, según su autora, no hacen más que reflejar la sociedad de hoy.

-¿Qué tiene usted en contra de Tinder?

-Desgraciadamente, Tinder y las demás aplicaciones para ligar han anulado cualquier sofisticación en el cortejo sexual. Ahora, es tan sencillo como buscar las fotos de tus pretendientes en la aplicación y con un solo clic puedes aceptarles o rechazarles. Cuando todo es tan fácil, uno ya no tiene intención de comprometerse.

-¿Por eso ‘Animales domésticos’ está situada antes de la popularización de los ‘smartphones’? --Claro. Yo quería escribir una historia compleja, con dobleces y dificultades. Abigail, la protagonista, tiene que descubrir la contraseña del email de su marido para leer el correo electrónico en cuestión. Esta novela habla del morbo que es connatural al ser humano y, en mi opinión, las aplicaciones para ligar matan el morbo.

-Dice que en esta novela ha querido salir de su zona de confort. ¿Por qué ahora?

-En mi vida profesional el número 3 es muy significativo. Después de haber escrito tres ensayos y tres novelas, me encontraba en una encrucijada narrativa para empezar mi cuarto libro. Quería escribir otra novela, pero necesitaba salir de mi zona de confort. Así que decidí saltarme todas las normas.

-Cuénteme.

-Esta historia ha salido de mis entrañas y está plagada de reflexiones personales. Para mis libros anteriores trazaba una hoja de ruta y escribía durante ocho horas al día, pero para Animales domésticos ha sido completamente diferente. Desde el principio yo ya tenía claro el final de la novela y, sin pauta alguna, decidí apostar por la primera persona y dejar que fluyeran mis emociones. Lo que sí que he utilizado para escribir el libro son las notas de mis ensayos sobre las relaciones de pareja.

-¿Por qué ha escogido la infidelidad como tema central de su novela?

-La infidelidad es mucho más común de lo que una cree y es importante hablar sobre ella. Además, a mí me fascinan las historias de amor truculentas. Escribir siempre implica un grado de inconsciencia y, en este libro, me he abierto en canal para poder transmitir emociones. De repente, sentí que tenía algo dentro que debía compartir porque Animales domésticos es una historia universal y transversal. Algunas lectoras me han comentado que se sienten identificadas con ciertas situaciones. Es un poco aquello de decir: tranquila, le pasa a todo el mundo.

-Por como lo explica, parece un libro orientado al público femenino.

-A ver, no hay libros para hombres ni libros para mujeres. Tanto para los hombres como para las mujeres en pleno siglo XXI la preocupación principal del ser humano es el amor.

-¿Por qué lo titula ‘Animales domésticos’?

-Porque, paradójicamente, nos enamoramos de animales salvajes que luego, cuando empezamos una relación, intentamos domesticar. Esta es una realidad y, a la vez, una contradicción sobre la que considero que vale la pena reflexionar.