La sustitución de la celosía de la segunda puerta de la Mezquita ha permitido realizar un sondeo arqueológico en el interior de la sala de oración del templo fundacional de Abderramán I, algo que no se había hecho desde los años 30, cuando el arquitecto Félix Hernández se ocupaba de la conservación del histórico edificio. Ayer, los arqueólogos Daniel Fernández Cabrera y Raimundo Ortiz Urbano tuvieron la oportunidad de dar a conocer los primeros resultados de esta excavación arqueológica en el transcurso del Congreso de Cultura Mozárabe, ante los atentos oídos del numeroso público asistente al encuentro.

Esta sustitución de la celosía les ha permitido a los arqueólogos la oportunidad de volver a adentrarse en el subsuelo de la Mezquita fundacional con mejores medios que los que había en los años 30, pues se cuenta con cámaras digitales y planimetrías avanzadas. Aún no han terminado la intervención, «porque quedan restos de la celosía que nos impiden avanzar más», pero sus resultados serán importantes para la decisión que tomen arquitectos y autoridades respecto a la sustitución de la segunda puerta.

Raimundo Ortiz comentó que un dato muy curioso que se observa es que, a mediados del siglo XV, tuvo que haber «un colapso, algún movimiento que derriba las estructuras en esa zona» de la puerta de la nave 17 al Patio de los Naranjos, y entonces deciden «sustituir todos los arcos desde los cimientos, desde la Puerta de las Palmas hacia el oeste». En concreto, explicó, «se sustituyen cuatro arcos y se vuelven a construir tal cual, además de dos hileras de columnas justo al lado de la puerta». Es decir, «se sustituye todo el sistema constructivo, desde los cimientos, y lo elevan de nuevo». De otra parte, el sondeo arqueológico les ha permitido también ver los pavimentos originales de la primera Mezquita, que eran una base de cantos rodados cubiertos con una tierra limosa.