La obra del joven cineasta canadiense Xavier Dolan no es de las que dejan indiferentes al espectador. Sus películas son tan amadas como odiadas por el público. Desde sus principios, allá por 2009 con Yo maté a mi madre (filme que se pudo ver el pasado martes en Cinesur El Tablero, donde se ha programado una retrospectiva de este autor), que realizó con sólo veinte años de edad, mostrando ya una infrecuente madurez: escribía, dirigía e interpretaba, siendo seleccionado para participar en Cannes y convirtiéndose en uno de los fenómenos más interesantes del nuevo cine de autor canadiense.

Es característico su nerviosismo narrativo, ese lanzarte a los ojos un discurso trepidante, donde sus actores son forzados al máximo, con demasiados gritos y pocos susurros, en constante acción, enfrentados -suele mostrar la lucha entre madre e hijo, como en la ya citada ópera prima, o en la más reciente Mommy (2014), donde un chico que sufre ADHD (trastorno de déficit de atención con hiperactividad) hace imposible la convivencia con su madre, pese al amor que ésta le profesa-, sin embargo, sabe como nadie utilizar la música para crear atmósferas, construyendo islas en medio de tanto caos emocional, para modelar instantes de extraña belleza.

Ahora, después de haber escrito sus propios guiones originales, vuelve a las pantallas con Juste la fin du monde, adaptando por primera vez una pieza teatral, original de Jean-Luc Lagarce, donde un joven autor dramático vuelve después de muchos años a la casa familiar, para reencontrarse con su familia y anunciar algo que constituye el enigma, el secreto que durante el tiempo del relato tendrá que conseguir trasladarles en el momento oportuno.

El protagonista vuelve a vivir el dolor del pasado y retornará con nostalgia a ciertos momentos de la infancia (otra de las claves en la obra de este autor). Dan vida a los personajes grandes nombres de la escena gala, que darán lo mejor de sí mismos: los actores Vincent Cassel, Marion Cotillard, Nathalie Baye, Léa Seydoux y, sobre todo, Gaspard Ulliel, que carga con el papel protagónico.